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jueves 2 de septiembre, 2010
Geometría, en el Malba
por Julio Sánchez
Geometría, en el Malba

Geometría en el siglo XX en la Daimler Art Collection presenta un panorama de las tendencias abstractas en el arte del siglo XX. Se exhibe una selección de 100 obras pertenecientes a una de las colecciones corporativas más importantes y antiguas de Europa.

¿Pueden 120 botellitas llenas de agua y aceite considerarse obra de arte? Seguro que para su autora, la francesa Sylvie Fleury, sí. Todas ellas ocupan un lugar privilegiado en el segundo piso del Malba, entre las 100 obras de la colección Daimler, que desde 1977 viene enriqueciendo su acervo con piezas pertenecientes a la corriente de abstracción geométrica y reducción formal, sin duda una de las más difíciles de digerir para el público general.

La curadora permanente de esta colección auspiciada por Mercedes Benz, la doctora Renate Wiehager, explica: “Nos hemos concentrado en obras pictóricas -mientras que el arte minimalista se enfocó históricamente en la escultura- que reflejan los criterios centrales del minimalismo desde el punto de vista actual: la presencia escultórica del objeto pictórico, estructuras frías y geométricas, órdenes y proporciones abiertos a la experiencia intuitiva, trabajos que procuran una relación con el espacio y el espectador y que rechazan cualquier simbolismo o narración y, por último, materiales o superficies preelaborados, frecuentemente a partir de contextos históricos”.

Un recorrido por la sala depara más de una sorpresa. Llegaron a la Argentina obras de autores internacionales que rara vez se ven por estos pagos, además de la mencionada obra de Fleury (de quien se exhiben dos obras más) se puede ver un par de vidrios escritos de Joseph Kosuth inspirados en las Confesiones de San Agustín; las típicas y rígidas rayas del francés Daniel Buren distribuidas en caóticos cuadros en la pared; un espacio de lectura y descanso creado especialmente por Andrea Zittel, y un notable ejemplo de “abstracción postpictórica” (término creado por el crítico Clement Greenberg), un Kenneth Noland de 1969.

La colección incluye objetos-escultóricos de uso, como un reloj diseñado por Max Bill en 1956 y unas “nesting tables”, cuatro mesas que se incluyen como una mamushka de Josef Albers, creador de una influyente teoría de la forma y el color.

Entre las obras más tempranas se pueden apreciar un boceto de Oskar Schlemmer, aquel artista de la Bauhaus que creó el Ballet Triádico de 1922, y una graciosa escultura plana de Hans Arp que evoca labios femeninos frente a un espejo de mano (1927).

La obra del francés Mathieu Mercier, nacido en 1970, consiste en estantes negros fijados a la pared donde se ubican objetos cotidianos de plástico de color azul, rojo y amarillo; está evocando el ya canónico esquema de planos y líneas de Piet Mondrian, la fuente (junto con Kasimir Malevich) de toda esta corriente de abstracción geométrica que demuestra su poder de transformación hasta nuestros días.

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Info
Del 13 de agosto al 25 de octubre. Sala 5 (2º piso)
Malba - Fundación Costantini
Avda. Figueroa Alcorta 3415