“Dos cosas llenan mi ánimo de creciente admiración y respeto a medida que pienso y profundizo en ellas: el cielo estrellado sobre mí y la ley moral en mí” , Kant, I.: Crítica de la razón práctica (1788) 
La famosa cita de Immanuel Kant nos convoca para sumergirnos en un estado introspectivo que bucea tanto en las profundidades del alma como en la inimaginable enormidad de los cielos. Tan solo proponernos ver hacia adentro y hacia arriba, nos enriquece y nos da la posibilidad de encontrar cierta paz en el entendimiento de que no podemos ni podremos jamás, comprender la esencia de aquello que nos supera.
Azul de Prusia, gris de Payne, dorado, negro, azul de ultramar y rosa son, según Cristina Portela, “los colores como percibimos el cosmos”. La serie Hay un azul que sabe rezar, presentada en UNGALLERY con curaduría de Sergio Bazán, es una invitación a transitar una mirada sostenida durante años en la búsqueda de sentido, una lucha de la razón, intentando ensayar plásticamente en cada serie pintada, preguntas existenciales hechas al Universo, donde se sabe de antemano que cualquier ilusión por obtener respuestas certeras, será una batalla perdida. Aun así, Cristina resiste en la acción de buscarlas. Flora, fauna, montañas, ríos y mares se insinúan y emergen ambiguos entre azules nocturnos de una aparente impronta abstracta, conformando imágenes, constelaciones, escenarios desde donde albergar la esperanza de que un poquito de ese “inconmensurable” nos sea revelado. Pero no se revela y ella pinta un gesto espiritual como ejerciendo una suerte de acto de fe, un rezo recurrente donde lo que no puede explicarse se transforma en tensión pictórica, dando por resultado un enorme corpus de obras cuyos múltiples formatos operan como detalles en distintos grados de “zoom” dentro de un relato infinito. Un azul que sabe rezar es una síntesis de sus visiones sobre lo inabarcable, aquello que nos abraza y nos causa terror y deleite al mismo tiempo, parafraseando a Edmund Burke en su abordaje de la idea de lo sublime y lo bello. Oscuridad, infinitud, inmensidad, son dimensiones que nos abruman. Y, paradójicamente, es el asombro que nace de lo abrumador, aquel que nos rescata y nos hace disfrutar de lo incontrolable, lo incierto, lo sobrehumano. Como dice Sergio Bazán: “La idea de Cris Portela de pintar un movimiento sin retorno, donde un mundo está en plena alteración, es tocar las luces del cielo y la tierra”. Ella avanza entonces, sobre ese territorio desconocido con un único conocimiento fáctico: el misterio detrás de la creación, jamás se quitará el velo en su totalidad. Su obra se despliega cual memento mori y sigue indagando con motivación renovada aun cuando el final es sabido y, justamente, porque es sabido, contra todo pronóstico, incita al desafío de alcanzar la utopía.

Curador: Sergio Bazán

Lic. María Carolina Baulo, Noviembre 2025

La muestra se podrá visitar desde el 01 de noviembre de de 14 a 18hs en UNGALLERY, Ministro Brin 1335

Horarios de visita: Jueves a Sábados de 14 a 18 hs