Homenaje a un maestro de la pintura argentina

El desarrollo de la pintura contemporánea argentina se despliega en una multiplicidad de modalidades donde confluyen, en mayor o menor grado, cuotas de esteticismo junto con vibraciones de un arte de compromiso social. En este sentido, la densidad del contexto social y polí­tico argentino de las últimas décadas condicionó a una serie de lenguajes artí­sticos que se ubicaron en la tarima de un arte crí­tico. Dentro de este marco se instaló Carlos Gorriarena (1925-2007), uno de los grandes maestros de la pintura argentina. Su producción recorrió una gama selecta de condiciones pictóricas, ligadas a una intención subyacente: la de corromper los cánones de una pintura silente. En su obra, el color y la dislocación de la pincelada se hallan al servicio de una figuración de carácter sensible y simbólico, plenamente expresionista.
Con esta estética Gorriarena construyó un lugar propio en el pedestal de la confluencia entre ética y estética, desde el cual dialogó con la realidad que lo condicionó históricamente. Asimismo, pudo conjugar modos visuales y conceptuales de quienes fueron sus maestros: Lucio Fontana, Antonio Berni y Demetrio Urruchúa.
Un vasto conjunto de pinturas de este autor se exponen bajo la curadurí­a de Fernando Farina, en la nueva sede de Imago. Una entidad surgida en Buenos Aires como un proyecto cultural de la Fundación Osde, la cual decidió inaugurar otro espacio de arte en Rosario con este homenaje a Gorriarena, fallecido el 16 de enero de 2007.
La exposición, titulada "Pinturas para romper la pared" recorre 30 años de la producción de este artista, mostrando distintas etapas de su proceso pictórico, las cuáles lo retratan como uno de los más auténticos militantes del arte, en tanto decidido a mostrar las caras del poder y su declinación. En este sentido el curador señala: Gorriarena retrata el poder, que está en todos lados, y deja ver costumbres decadentes de una sociedad que se perdió en el afán materialista.
Si visualizamos las tendencias de la pintura argentina de las últimas décadas, es posible señalar que los modelos del realismo crí­tico se repliegan de un modo singular en estas pinturas de Gorriarena, inscriptas en un posicionamiento curatorial que desplaza aquella idea de obra de arte para decorar paredes. La figuración y la gestualidad pictórica aquí­ se hallan cargados de un contenido que remite en gran parte a las crónicas gráficas de los medios y las diversas situaciones que atravesaron a la sociedad argentina en los momentos más crí­ticos de su historia.

Hasta el 17 de abril, en Imago Espacio de Arte, Bv. Oroño 973, Rosario. Santa Fe.

Ricardo Roux
Ego Sum

Ego Sum propone un recorrido a lo largo de treinta años de la producción de uno de los principales exponentes del expresionismo abstracto en Argentina, mostrando una visión panorámica de su trayectoria. A pesar de la violencia gestual de las obras, éstas no dejan de contener una delicada y una conmovedora sensibilidad plástica.

Desde el 23 de marzo hasta el 23 de abril
Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino: Av. Pellegrini 2202, Rosario, Santa Fe