News Argentina

miércoles 16 de julio, 2008
PANORAMA INTERIOR
Desde Córdoba
por Alejandro Dávila
PANORAMA INTERIOR
 

"Las obras de los hombres son siempre autorretratos", uno de los pensamientos que ha guiado como precepto a Roberto Viola (1907-1966) en la pasión que puso de manifiesto por las artes visuales.

Las obras de los hombres son siempre autorretratos

"Las obras de los hombres son siempre autorretratos", uno de los pensamientos que ha guiado como precepto a Roberto Viola (1907-1966) en la pasión que puso de manifiesto por las artes visuales y que hoy es merecidamente reconocido y puesto en valor por un grupo de trabajo e investigación cuyo resultado es una excelente muestra en el Museo Emilio A. Caraffa de la ciudad de Córdoba. Acompaña el acontecimiento la edición de un libro de mas de ciento veinte páginas de logrado diseño y acabada impresión.
Citar a Roberto Viola es referenciar a un artista diferente para la época "No solo fue uno de los mejores pintores que tuvo su generación, sino que fue un hacedor y un motivador de mentes y actitudes, alguien que introdujo la idea de la modernidad en el conservador panorama de las artes de nuestra provincia, no solo de lo estético sino en las metodologí­as de las enseñanzas artí­sticas" con estas palabras Pablo Canedo (Presidente de la Agencia Córdoba Cultura) resume la actitud de un virtuoso como fue Roberto Viola. Multifacético en sus formas de expresión: pintura, escultura y dibujo; activo y generoso con un elevado respeto por los valores estéticos, consciente de la necesidad de aprender y transmitir, lector y escritor, humilde en su discurso, grandioso en su forma de expresarse.
Roberto Viola en 1932 viajó a Parí­s y estudió con Bissiere (discí­pulo de Braque) a quién consideró su maestro, realizó infinidad de muestras y participó en varios salones donde obtuvo importantes recompensas. Fue cofundador del Museo Municipal de Bellas Artes Dr. Genaro Pérez en el año 1943, donde se desempeñó como director por mas de diez años Ad Honorem.
Mas de cincuenta obras entre dibujos y óleos nos permiten recorrer las diferentes etapas de este gran artista. Daniel Capardi, quién ha curado con excelente criterio la exposición, comenta: "La obra de Viola es densa y a la vez fragmentaria, deliberadamente incompleta y en cierto modo apresurada, como si el pintor la realizara contagiado por la velocidad del cambio que caracteriza a la época en que actúa". En el recorrido se puede apreciar al artista en sus primeros pasos, en el manejo del paisaje o la naturaleza muerta. Su constante búsqueda e investigación transita por la abstracción y lo geométrico hasta coquetear en algún momento con el cubismo. Todo esto es posible por el gran dominio del dibujo que con maestrí­a se aprecia en la serie Marí­a Angélica, señorita donde conjugan la mirada crí­tica, la ternura y la ironí­a. Referirse a Viola es referirse a un artista, lejos de lo mediático y superfluo, donde el estudio y la investigación en las artes visuales fueron sus principales objetivos y debiera ser uno de los tantos ejemplos a seguir para aquellos que posiblemente no tienen en claro que es ser artista. La muestra permanecerá abierta hasta el 18 de diciembre momento en que el museo cerrará sus puertas hasta julio del año que viene con motivo de la ampliación del mismo.