News Argentina

miércoles 16 de julio, 2008
CELEBRACIÓN DEL INDIGENISMO
por Victoria Verlichak
CELEBRACIÓN DEL INDIGENISMO
 

A diferencia de los artistas locales que entonces miraban hacia Europa, Gertrudis Chale (1898-1954) buscó sin complejos poder dibujar y pintar el paisaje y el hombre americano, como salta a la vista en el Museo de la Universidad de Tres de Febrero (MUNTREF).

A diferencia de los artistas locales que entonces miraban hacia Europa, Gertrudis Chale (1898-1954) buscó sin complejos poder dibujar y pintar el paisaje y el hombre americano, como salta a la vista en el Museo de la Universidad de Tres de Febrero (MUNTREF).
Interesante proceso de esta artista que habí­a nacido y vivido, estudiado y expuesto en Austria, emigrando a la Argentina en 1934 a causa del nazismo (doblemente problemático para ella por su ascendencia judí­a).
Gertrudis Chale. El "estar" de América es una exposición antológica que inicia su recorrido con dos obras "europeas" y que continúa con una serie de dibujos, grabados y pinturas realizadas durante sus viajes por todo el paí­s y por Uruguay, Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, México. Curada por Raúl Santana, el tí­tulo de la exhibición alude a que "el viaje de Gertrudis Chale desde su Viena natal (...), fue un viaje desde el 'ser' (...) hasta el 'estar' como diferencia ontológica".
Así­, su "estar" en América se transforma en un apasionamiento por el universo indí­gena, que juzga esencialmente similar en todo el continente. "Viví­ con honda emoción inolvidables imágenes de la vida popular y mí­stica del indio. Compartí­ sus fiestas en más de una ocasión, quedándome a veces cinco o seis dí­as entre ellos, bailando, bebiendo y (...) dibujando y fotografiando cuanto más podí­a, a veces bajo la lluvia y el frí­o más intenso".
Instalada en Quilmes, entonces lindante con el campo, Chale conoció tanto la ciudad como el paisaje bonaerense, con su inmensidades y soledades, cualidades que supo pintar tanto en sus vistas de llanuras como en las de montañas. Hay algo de surreal en sus pinturas de personajes solitarios y construcciones erigidas (y destruidas) en el medio de la nada, pero también cierto expresionismo enalteciendo a los pueblos originarios. Sus figuras miran al espectador sin sonreí­r. ¿Chale protesta e intenta la reivindicación social de los postergados de la tierra?
Las tintas fueron, mayormente, realizadas durante sus viajes. "Para mí­ pintar es como escribir un diario. Es devolver un exceso de paisaje en mí­, el resultado de un estallar de una parte de mi ser", apuntó en alguna carta. "Soy nómade de nacimiento y por herencia. (...) Yo en mis libros de primera infancia escribí­a bajo mi nombre: viajera. (...) De Austria me fui temprano y disfrazada de muchacho viajé (a menudo a pie) conociendo el paisaje europeo por el lado de Alemania y Suiza". Luego, residió en Francia y España. Murió viajando, cuando su avión se estrelló en La Rioja, quedando unida al amado paisaje para siempre. Poco antes, durante 1954, pintó junto a Juan Battle Planas y Luis Seoane, la cúpula de las Galerí­as Santa Fe, en la Avenida Santa Fe.
La muestra en MUNTREF despliega parte de la obra realizada en sus breves 20 años americanos y permite dar a conocer a una artista poco difundida. Se encuentra en la lí­nea de muestras que, salvando las diferencias, recuperan a artistas de la Argentina como las recientes dedicadas a Guttero en Malba, Spilimbergo en Espacio Imago, Daneri en El Puente Galerí­a de Arte, Malharro en el MNBA y Lazzari en el Fernández Blanco.
Si para algunos su celebración del indigenismo resulta folclórica y reduccionista, para otros la pintura de Chale resulta inolvidable y anticipa el trabajo de otros afamados artistas locales. Pasen y vean, hasta el 31 de diciembre.

Hasta el 31 de diciembre, en el MUNTREF, Valentí­n Gómez 4828, Caseros. De lunes a sábados de 11 a 20 hs.