Moreno vuelve una vez más sobre la sugerente hipótesis de poner en diálogo trabajos muy distantes en el tiempo: aquellas piezas de los pueblos etnográficos por un lado y las que proceden de las búsquedas y exploraciones de un artista contemporáneo, por otro.

Alejandro Puente, desde su propia obra invita a pensar la relación, como queda consignado en la trascripción de la entrevista que le realizara el curador en abril pasado: “es importante para un artista moderno tener en cuenta las antiguas culturas de su propio territorio”, señala recordando a Rex González. Es entonces cuando él afirma lo que define como el “compromiso de mirar lo cercano en lugar de estar deseando siempre lo lejano. Poder mirar alrededor es habilitarse a descubrir los lugares de pertenencia, que es lo verdaderamente significativo en la vida de los seres humanos”. Toda una declaración de principios.

Parecería que es justamente desde esta declaración de la que parte el curador al seleccionar cada una de las piezas que integran esta muestra: 32 obras del artista desde los Quipus, de la Serie de los ponchos, hasta los sistemas cromáticos, los trabajos de técnica plumaria y los realizados sobre superficies enduidas, pintadas y marcadas luego. Todas ellas están implicadas de distinta forma, visual y materialmente, en una geometría peculiar que busca sus fuentes en los textiles y piezas plumarias realizadas hace cientos de años por artesanos que buscaron con esas formas aportar otros sentidos a lo cotidiano. Como recorriendo el mismo camino pero desde distinto punto de partida, la obra de Puente se muestra con estas piezas textiles –procedentes del Museo de La Plata- recreando un diálogo en el tiempo, como el que exploraran a partir de sus viajes Anny y Joseff Albers, como el que transitaron Puente y Paternosto sobre el paradigma amerindio en la abstracción, como buscando resituar lo local en lo global.

A una ajustada selección y montaje de las obras desplegadas en las salas del MUNTREF, la acompaña un catálogo -diseñado por el estudio Rainis- dentro del formato que ya se lee como colección, integrada por los libros de arte del museo de la universidad. En esta publicación, las obras van apareciendo en relación con los textos y particularmente con aquellas referencias que aparecen en el intercambio entre el curador y el artista. De esta forma, Torres García, o Libero Badii se integran también a este productivo diálogo virtual.

Finalmente, la exposición se ofrece como un nuevo ensayo para reflexionar sobre las posibilidades de las imágenes, sus diálogos en el tiempo y las formas diversas a través de las cuales el presente es capaz de interrogar una y otra vez al pasado, actualizándolo.

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Más info
Hasta el 11 de julio
Muntref / Universidad de Tres de Febrero,
Valentín Gómez 4838, Caseros