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martes 6 de septiembre, 2011
Una cita con el arte y el diseño en Rosario
por Graciela Lehmann
Una cita con el arte y el diseño en Rosario

Luminarias modulares que se abren como delicadas flores, diminutos cactus que se convierten en exóticos a­ni­llos, perros y gallinas de colores que funcionan como ani­­males rodantes para niños, pequeños armarios sin pu­ertas forrados con elásticos de colores de distintos an­chos, en los que se pueden guardar o esconder cosas: en ma­nos de jóvenes diseñadores, los objetos adquieren formas inusuales. Y los materiales estrenan usos inesperados.

Y es que el Salón Contemporáneo de objetos del diario La Capital, que celebró en agosto su décima edición, en el Museo Castagnino de Rosario, ofrece un espacio federal para que jóvenes diseñado­res participen y muestren sus novedosas propuestas en las categorías de accesorios y joyería contemporánea, escritorio, infantil y/o lúdico, hogar, mobiliario y experimental.
Lúdicas e ingeniosas, cada una de las 29 propuestas seleccionadas para participar este año en el Salón dieron cuenta de la creatividad de jóvenes diseñadores de todo el país y materializaron un diálogo fecundo entre el arte y el diseño. Los objetos fueron seleccionados entre más de 200 piezas por un jurado compuesto por Mauro Guzmán, del Castagnino+macro; Dolores Navarro Ocampo, de Pu­roDiseño; Arturo Grimaldi, Raquel Ariza, del INTI; y Wustavo Quiroga, del CCEBA.

Participar es una valiosa oportunidad de mostrarse y establecer vínculos con otros diseñadores, gestores y empresas. “Es un estímulo para ponerse a diseñar y ver qué pasa con los objetos fuera de la mirada de una como diseñadora”, dijo Romina Lampert, que este año resultó ganadora por partida doble. Y es que esta joven de Buenos Aires, que vive actualmente en Rosario, fue distinguida con el Primer Premio Adquisición del Salón y el correspondiente a la categoría Mobiliario/Hogar por su Luminaria modular Erre.Trude. Se trata de una lámpara de tela de gabardina en forma de flor, con un cierre desmontable que permite regular su apertura, y a la vez, la luz que se asoma a través de los “pétalos”.

Una coqueta gallina y un simpático perro de géneros de colores, con ruedas en los extremos de sus patas permiten transportarlos de un lado a otro. Ésta fue la propuesta de María Gabriela Di Franco que resultó ganadora en la categoría juguete. Otro diseñador que se llevó un premio por un curioso “animalito” fue Sebastián Aulicio, premiado en la categoría Escritorio por su producto Gochu, Alcancía. Se trata de un elegante chanchito alcancía de cerámica es­maltada que descansa con sus patas hacia arriba para poder ser “alimentado” más fácilmente con monedas.

Un exótico sillón de hierro anaranjado, con una frondosa planta presentado por Mauro y Lisandro Arévalo como el Sillón de Komodo, en alusión al dragón de Cómodo que vive en Indonesia desde la prehistoria, fue distinguido por el jurado en la categoría Ex­perimental. Y en el rubro Accesorios y Joyería Con­tem­poránea, la ganadora resultó Tamara Lisen­berg por su producto Proyecto Bambú, integrado por un co­llar y broches diseñados para poder se reciclados en el futuro, ya que las piezas se pueden desarmar y así obtener nuevamente el bambú y el metal por se­parado.

En esta oportunidad, el jurado de premiación estuvo compuesto por Mauro Guzmán, Dolores Navarro Ocampo, Marcela Römer (directora del Museo Castagnino+macro), Fernando Farina (director del Fondo Nacional de las Artes), Anabella Rondina, (Centro Metropolitano de Diseño); Gerardo Glusman, (Talleres Chicago e Interio), y Arturo Grimaldi (ex Malba).

Además del Salón, se exhibieron en forma simultánea en el Museo Castagnino otras tres muestras complementarias: la Bienal Iberoamericana de diseño, con obras de 22 países; una original propuesta denominada Artistas e Industrias, un proyecto que pertenece al Cas­tag­nino+Macro donde Mónica Van Asperen fue la seleccionada para realizar la residencia durante el 2011 en la Cristalería San Carlos; y además, una exhibición de piezas que resultaron del taller por transferencia de diseño de objetos que se realizó en el centro cultural El Obrador de la ciudad de Rosario.

Innovadora y dinámica, la propuesta expositiva del Castagnino de Rosario ofreció una buena oportunidad para darse una cita con lo mejor del diseño contemporáneo, un arte que atraviesa nuestra vida cotidiana.