News Argentina

jueves 14 de julio, 2011
Julio César Crivelli
Flamante presidente de la AAMNBA
Costa Peuser, Marcela
por Marcela Costa Peuser
Julio César Crivelli

En octubre de este año se cumple el 80 aniversario de la Asociación Amigos del Museo Na­cional de Bellas Artes, una de las ONG de la cul­tura más importantes del país. Se trata de una entidad civil sin fines de lucro creada en 1931 con el propósito de apoyar nuestro museo ma­yor, contribuir al acrecentamiento de sus colecciones, co­laborar en sus actividades de conservación, exhibición y difusión del arte argentino e internacional.

Desde abril, el nuevo presidente es el Dr. Julio César Crivelli, que integra la Co­misión Di­rectiva de la Asociación desde hace 6 años. Abogado, premio universitario, especialista en temas de infraestructura, actualmente es presidente de la Delegación Ciudad de Buenos Aires de la Cámara Argentina de la Cons­trucción y árbitro honorario del Tribunal Arbitral de las Ingenierías. Es coleccionista de arte y miembro del Consejo Consultivo de COAS, ha publicado numerosos artículos en medios especializados, y presentó en la Biblioteca Nacional La Huída, un libro de poemas. Arte al Día conversó con él para conocer su visión con respecto al museo, su presente y futuro.

AAD: ¿Qué significó Nelly Arrieta de Blaquier para el MNBA a lo largo de su larga gestión en la Asociación?
JCC: Nelly, durante sus 50 años integrando la comisión directiva y sus 34 como presidente de la misma, es un ejemplo de mecenazgo generoso e incondicional; hoy contamos con su apoyo desde todo punto de vista y para mí es un orgullo y un gran desafío ser continuador de su gestión. En la agenda de este año están previstas tres celebraciones: un homenaje a Nelly, los ochenta años de la Asociación con la edición de una importante publicación y la tradicional fiesta anual que volverá a hacerse en el MNBA.

AAD: ¿Cuál es su mirada sobre el museo? ¿Cuáles son las reformas en marcha y los planes futuros de expansión?
JCC: El Museo Nacional de Bellas Artes es sin duda el más importante de Argentina y América del Sur. Desde la Asociación y junto con Guillermo Alonso, el actual director, estamos intentando cumplir con un programa de restauración y puesta en valor de la institución. Este próximo 7 de julio reinauguramos la planta baja, que se logró gracias a una donación de American Express y a un esfuerzo importante del propio MNBA y la Asociación. Las salas, renovadas y pintadas de brillantes colores recuperaron el diseño original de Bustillo, con sus imponentes perspectivas. Se reubicó la colección para un mejor recorrido del vi­sitante: se comienza por los Primitivos, la Sala Hirsch, los Barrocos, el Impresionismo, la colección San­ta­marina para finalizar con el fin de siglo XIX argentino con Cándido López, Sin pan y sin trabajo de Ernesto de la Cárcova, El despertar de la cria­da de Sívori, entre otras obras emblemáticas de ese período. 

El segundo tramo de este programa incluye la refacción del Pabellón de Exposiciones Temporarias y la librería con su shop, para la que ya tenemos un importante espacio asignado. El tercer tramo es el primer piso para lo cual el museo ha conseguido dinero del Estado donde se va a alojar toda la pintura del siglo XX, europea y argentina. En la cuarta etapa que consiste en cerrar las dos terrazas del segundo piso para lograr así una gran sala de exposiciones rectangular y, ocupando la terraza que da hacia Libertador, tenemos previsto construir la confitería. Este programa, que nos va a llevar cerca de cuatro años, concluye con un módulo de servicios, escaleras mecánicas y baños, para darle la funcionalidad que necesita.    

AAD: ¿Cuáles son las prioridades de la nueva gestión?
JCC: Para desarrollar ese programa necesitamos generar los recursos. Para esto es fundamental estructurar el fundraising de manera tal que sea más estable. Con esta visión sumamos a Eduardo Escasany, Julio Sua­ya, Pablo Roe­m­mers, Car­los Miguens y María He­rre­ro como nuevos integrantes de la Co­mi­sión Di­rec­tiva. La Aso­ciación Amigos realiza, además, una reconocida labor en el ámbito académico y cultural a través de la organización de cursos y talleres de arte, conferencias y se­mi­narios internacionales. Un próximo objetivo es vincularnos con una universidad para que nuestros alumnos tengan un nivel de certificación superior y seguir con los cursos de la Unesco, que llevamos adelante en conjunto con la Untref (Universidad Na­cional de Tres de Febrero) y que son importantísimos. Una de nuestras prioridades es que el MNBA vuelva a estar en el lugar que se merece, ya que tiene un patrimonio que no lo tiene ningún otro museo de Su­damérica y uno de los caminos que vemos es activar las muestras temporarias con diferentes guiones curatoriales con las obras menos vistas de la reserva del propio museo.

AAD: ¿Cómo se convoca a las empresas para donar para el arte en un país lleno de carencias sociales y sanitarias?
JCC: Es sin duda un tema difícil. Pero este museo es la nave insignia que nos distingue en la cultura de nuestro país, una cultura multifacética de inmigrantes con una fuerte conexión con la cultura de occidente. Esto es representativo de Argentina; somos la suma la mezcla de razas y credos, somos tanto la Vuelta del Malón como Manet. Este museo nos representa profundamente y es un valor muy importante para empresas y mecenas, además de 1.200.000 visitantes al año y esto es visibilidad, el segundo gran valor.

AAD: ¿Cómo debería ser hoy un “amigo” del MNBA?
JCC: Aspiramos a tener tres clases de aliados o socios amigos. Queremos fundamentalmente acercar a los jóvenes, tanto coleccionistas como los interesados en conocer el lenguaje del arte; por una cuota anual que va desde los $150 podemos ofrecerles un excelente nivel de cursos a precios diferenciales.

Otra búsqueda se dirige a grandes aliados para nuestro plan de restauración. Allí necesitamos espaldas grandes que, a cambio de visibilidad, nos ayuden a llevar adelante el programa iniciado. Y otros que sean amigos sistemáticos y permanentes que nos posibiliten concretar, en cuatro años, todas las obras proyectadas.