News Argentina

martes 9 de noviembre, 2010
El arte como reflejo
Costa Peuser, Marcela
por Marcela Costa Peuser
El arte como reflejo

El cielo puede estar en la tierra; la tierra puede estar en el cielo y, nosotros allí, en el medio, viviendo entre reflejos.

Esta es la imagen que elegimos para ilustrar la presente edición de noviembre. Una fotografía de Charly Nijensohn, artista argentino radicado en Berlín y cuya obra forma parte de Realidad y Utopía - una exposición que refleja, en Alemania, 200 años de arte argentino, en ¡Afuera!, Arte en Espacios públicos- una muestra organizada por el Centro Cultural España de Córdoba y que convirtió a esta ciudad en soporte del arte contemporáneo- y en la reciente edición de Buenos Aires Photo, en el stand de Alvaro Castagnino. La elegimos porque es la imagen que mejor representa el espíritu del arte.
El arte nos ofrece un reflejo de la vida. Actúa simultáneamente sobre nuestra razón y nuestras emociones ya que centra su atención en el hombre, en su conducta frente al mundo exterior, en su actividad, sus sentimientos e intereses. Cada obra de arte es única por su contenido y, al reflejar de manera verídica la realidad o evocar nuevas realidades, expresa tendencias, desarrolla las necesidades estéticas y refleja los gustos de la gente y de una época.
El Museo Nacional de Bellas Artes presenta Nueva Figuración, el estallido de la pintura, una muestra de cuatro artistas -Deira, Macció, Noé y De la Vega- que reflejan la tendencia de una época rompiendo los límites entre la abstracción y la figuración.
Fundación Telefónica refleja las experiencias de un grupo de artistas del mítico Instituto Di Tella que, a fines de los 60, se propuso modificar la televisión, apropiarse de ella y convertir este aparato doméstico en escultura-fetiche y sistema autorreferencial.
La fuerza de una obra de arte radica en la calidad de las imágenes y en el mensaje que siempre está implícito, porque el verdadero arte privilegia la reflexión. Es por esto que elegimos también cubrir la muestra en la Galería Del Infinito de un joven artista cordobés -Gustavo Piñero- que nos habla del poder y la violencia en la que estamos inmersos utilizando, irónicamente, un lenguaje relacionado al cómic y al juguete, el lenguaje de los chicos.
En este momento, en que los argentinos nos enfrentamos a la realidad de la finitud de la vida, puede ser un buen momento para detener la marcha y reflexionar sobre lo verdaderamente importante. Más allá de las discusiones y disensos, de las posiciones y oposiciones, lo importante es el futuro y, nuestro futuro está en nuestro capital humano: nuestros chicos. Es sabido que la formación del sistema nervioso central está determinada en los primeros dos años de vida. Sin la alimentación y estimulación necesarias, se
detendrá el crecimiento cerebral y el mismo no se desarrollará normalmente, afectando su coeficiente intelectual y capacidad de aprendizaje. Y éste es el reflejo y el futuro que nos tiene que ocupar.
El cielo puede estar en la tierra; la tierra puede estar en el cielo y, nosotros allí, en el medio, viviendo, jugando, soñando entre reflejos. Sólo tenemos que elegir.