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lunes 14 de diciembre, 2009
El tiempo del arte en Fundación Proa
por Laura Feinsilber
El tiempo del arte en Fundación Proa

Con el apoyo de la Embajada de Italia en la Argentina, el Instituto Italiano de Cultura, la colaboración entre GAMeC (Galería de Arte Moderno y Contemporáneo de Bérgamo) y la Fundación Proa se exhibe en la sede de esta institución “El tiempo del Arte- Obras Maestras del siglo XVI al XXI”.

El curador de la muestra, Giacinto Di Pietrantonio, Director de GAMeC y docente de la Academia de Brera (Milán), señala en su medular ensayo: “Esta exposición se focaliza en la presentación y representación de las cuestiones cruciales del mundo, un intento de usar el arte de diferentes épocas y poner el acento en las cuestiones de siempre”.

Se exhiben 106 obras divididas en 8 núcleos: Poder/Cotidiano, Cuerpo/Mente, Vida/Muerte, Amor/Odio, un diálogo de lo antiguo con lo contemporáneo, artistas de diferentes países y disciplinas diversas.

¿Cómo articuló Di Pietrantonio esta exposición? Utilizando nuevas tecnologías, correo electrónico, chat, facebook, SMS, preguntó sobre los temas mencionados y si bien las respuestas no explican de manera directa las obras expuestas, sí contribuyen a crear un hipertexto verbal-visual. ¿Qué es lo importante de esta muestra? Propone un desafío, mirar con atención, no oceánicamente, comparar cómo han sido y son tratados estos temas existenciales.

Un ejemplo de “poder” es el “Retrato del Papa Inocencio X” de Diego de Velázquez (Copia), descrito como rudo, potente, rencoroso y al mismo tiempo un amante de las bellas artes. El poder del papa unido a la fama de Velázquez, obra repetida y muy copiada, demuestra el poder del arte. Otra de las obras, “El cuarto de los 100 reyes que ríen” de Diego Perrone (Italia, 1970), 99 impresiones lambda, representa el poder absoluto encarnado por diversas personas en las que todos sonríen y se convierten en personas comunes gracias al retoque digital. El retrato N° 100 es el artista, símbolo del poder del arte para intervenir y modificar.

Entre las obras de lo “cotidiano” está “Insignia del Barbero Oletta” de Vittore Ghislandi detto Fra ´Galgario (siglo XVII), óleo que muestra al protagonista junto a un jornalero, a un dependiente, una pintura realista de la vida en sociedad. Una tinta y acuarela sobre páginas de agenda de Joseph Beuys, artista representativo del arte conceptual, que sostenía que el sentido del arte estaba en su utilización social y cotidiana.

Es importante la inclusión de artistas argentinos en distintos núcleos, entre ellos, León Ferrari, Oscar Bony, Clorindo Testa, Sergio Avello, Guillermo Kuitca, Víctor Grippo, con su famosa “Mesa de Albañil” (1998) artista que mostró la relación arte y oficio a lo largo de su trayectoria.

En el núcleo “Vida”, “Gallos, pavos y polluelos” (1725) , de Angelo María Crivelli, llamado Crivellone, pintor de género, un especialista en la representación de animales de corral y de caza, vivos, a quienes se le atribuye un carácter simbólico, pinturas que se encargaban como regalo de bodas. Imperdible es una foto “Los Huevos de mi Amnesia” (1996) de Joel-Peter Witkin (USA, 1935) que se caracteriza por sus fotos transgresoras que tratan temas como muerte, sexo, cadáveres, transexualidad, seres marginales que evocan pasajes bíblicos o pinturas famosas.

En “Muerte”, se destaca “El Martirio de San Juan Obispo”, c. 1743, boceto de la gran tela para la Catedral de Bérgamo de Tiépolo, escena patética que se transforma bajo su pincel luminoso, complejas arquitecturas, escorzos elegantes. De Jeff Wall, destacado fotógrafo canadiense nacido en 1948, hay una diapositiva de gran tamaño sobre caja de luz titulado “El cementerio judío”, una obra paisajística que se funde con lo humano y que en verdad representa nuestra memoria colectiva.

En el capítulo “Cuerpo”, a la suavidad de las formas femeninas, Diana y una ninfa a punto de tomar un baño con un encantador paisaje de fondo atribuido a Giovanni Francesco Barbieri , el Guercino, (1620) se opone la impresión en papel de algodón y cera, de “Sin Título”, de Roberto Cuoghi, (Módena, 1973) uno de los cuatro artistas que recibieron menciones en la reciente Bienal de Venecia.

Obras de Joseph Kosuth, de Salvo, de Duchamp, se destacan en el segmento “Mente” así como en “Amor” la del artista alemán Anselm Kieffer “Tu edad y la mía y la edad del mundo”, foto, pintura y carbón (2005) y el “Retrato de Niña” siglo XVII, atribuido a Velázquez o de Basanni (1750/60) “San José con el niño Jesús”.

Hay un nombre recurrente en casi todos los núcleos: Ben Vautier (Nápoles, 1935), célebre por sus caligrafías en acrílico blanco sobre negro, mensajes cortos, directos como por ejemplo: “el poder ama mirarse en su espejo”, “todo es ego” o “sin el ego el arte está muerto”.

Como corolario de esta muestra que finaliza el 4 de enero de 2010 y merece más de una visita citamos a Giorgio Guglielmino, Primer Consejero de la Embajada de Italia en la Argentina, que en su texto “Reflexiones”, nos propone disfrutar esta muestra “mirando los cuadros contemporáneos como si se hubieran pintado hace 100 años y los antiguos como si sus colores estuvieran todavía frescos”.

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Hasta el 4 de enero de 2010
Fundación Proa, Av. Pedro de Mendoza 1929,
La Boca