News Argentina

miércoles 16 de julio, 2008
EL MAMBA NO SE QUEDA QUIETO
Costa Peuser, Marcela
por Marcela Costa Peuser
EL MAMBA NO SE QUEDA QUIETO
 

Instalado temporariamente en el céntrico Palacio de Correo, el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, lejos de permanecer inactivo, inaugura su temporada con una exposición antológica de Yuyo Noé, una muestra de Ernesto Ballesteros, una instalación de Leopoldo Estol, un video de los 70 de Eduardo Costa y parte de la Colección Pirovano.

Instalado temporariamente en el céntrico Palacio de Correo, el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, lejos de permanecer inactivo, inaugura su temporada con una exposición antológica de Yuyo Noé, una muestra de Ernesto Ballesteros, una instalación de Leopoldo Estol, un video de los 70 de Eduardo Costa y parte de la Colección Pirovano.

Y es que el lugar, o mejor dicho el no lugar, nunca fue un problema para este museo. Creado de 1956 por el crí­tico de arte Rafael Squirru y con el claro objetivo de dar visibilidad y legitimar las producciones artí­sticas de las vanguardias de la época, el Museo de Arte Moderno en sus primeros años tuvo la audacia de funcionar de manera nómada en distintos espacios de prestigio como el Museo Sivori, las galerí­as Peuser, Van Riel, Rubbers, Witcomb y Lirolay. Incluso, su muestra inaugural reflejó este espí­ritu innovador, la "Exposición Flotante de 50 artistas argentinos", realizada en el Buque Yapeyú, recorrió veinte ciudades alrededor del mundo.

Museo Fantasma

Estos primeros años se caracterizaron por exposiciones que hicieron historia: la primera individual de Polesello en Peuser, la "Exposición de escultura moderna y extranjera", de la que participan Badii, Sabelli, Curatella Manes y Blaszko, entre otros; la significativa muestra del "Movimiento Informalista" en el Sí­vori, que rescata nombres como Kemble, Greco, Wells, Pucciarelli y Maza. La exposición de "Arte Generativo" basada en la recuperación de la geometrí­a propuesta por Mac Entyre y Vidal, la individual de Antonio Berni y la muestra de "Cuatro escultores Madí­" con obras de Kosice, Linenberg, Sabelli y Stimm en Galerí­a H. Todo esto, sumado al importantí­simo crecimiento patrimonial impulsado por una sólida polí­tica de adquisiciones y donaciones llevada adelante por sus directores, allanan el camino para dejar de ser un "Museo Fantasma" y en 1960, bajo la presidencia de Arturo Frondizi, se instala en la sede del Teatro General San Martí­n.

Del San Martí­n a San Telmo

Siguieron años en los que el MAM se ocupó de posicionar nuestros artistas dentro del panorama mundial de la producción plástica contemporánea con muestras en Perú, México, Chile, incluso Japón, Escocia e Inglaterra. Premios, conferencias y publicaciones alimentaron incansablemente esta usina. Los tempranos 70 se caracterizaron por un acercamiento a innovadores lenguajes y disciplinas. Nuevos ví­nculos comenzaron a ser aceptados: arte y ciencia, arte y función poblando sus salas con nombres como Grippo, Le Parc, Kosice, Davite; muestras de diseño industrial y artistas paradigmáticos del Conceptualismo y el Minimalismo como Christo, Richard Serra, David Lamelas, Lea Lublin, Luis Benedit y Clorindo Testa.
En 1989, el rebautizado MAMbA y su consolidada colección, se trasladan a la sede de San Telmo, un antiguo depósito de la tabacalera Piccardo, convirtiéndolo en escenario de importantes muestras nacionales e internacionales: Miguel Angel Rí­os, Norberto Gómez, Joseph Beuys y el Grupo Cobra son algunos de los hitos de la década. Desde 1997 y bajo la conducción de Laura Buccellato, su actual directora, la actividad del museo se centra en impulsar la realización de obras experimentales por medio de la instauración del Premio MAMbA-Fundación Telefónica: Arte y Nuevas Tecnologí­as. Las salas San Juan, recibieron prestigiosas exhibiciones de artistas nacionales e internacionales, y jóvenes talentos como Prior, Valansi, Graciela Sacco, Leonel Luna y Augusto Zanella, entre otros. El museo cuenta con una importantí­sima colección de fotografí­a y la primera de "Diseño gráfico argentino". El Fondo Nacional de las Artes, a la Fundación Antorchas y a la Asociación de Amigos del Museo aportaron fondos para la publicación de importantes catálogos. El Centro de Documentación e Investigación MAMbA y LimbO -un laboratorio de ideas que promueve la investigación y experimentación en campos interdisciplinarios-, son dos de los logros de estos últimos años.
Después de muchas promesas, en enero comenzaron las tan necesarias obras de ampliación del edificio. El nuevo MAMbA, proyecto del arquitecto Emilio Ambasz, contará con una superficie de 7.000 m2. Mientras tanto duren las obras -un año y medio-, el museo fijó su centro de operaciones en el Palacio de Correos; reacondicionó mas de 1.000 metros y arremete con su programación.

Caminante no hay camino

Formada en Filosofí­a y Letras, Laura Buccellato, aprendió de gestión cuando, muy joven se hizo cargo de la empresa familiar con 700 obreros metalúrgicos. Hoy le dedica tiempo completo al museo. Aprovechó estos meses para realizar tareas internas indispensables -que no se hicieron en 50 años- como es la catalogación y digitalización del patrimonio. Su objetivo siempre fue darle al MAMbA un perfil definido. "Un museo de arte moderno es y debe ser un espacio que estimule la reflexión, un laboratorio de ideas por imágenes", sostiene la directora, "a través de distintos cruces de las artes, con artistas jóvenes o bien, haciendo una mirada distinta en la obra de un artista consagrado". Este es el caso de la muestra de Yuyo; Noé en lí­nea que tiene como foco el trazo del artista: "exhibiremos más de 250 obras realizadas con lápiz, pluma, pincel o, incluso, con su dedo."
Pero aún hay más: "Otra muestra que dará que hablar será la de Marie Orensanz, en septiembre" -artista conceptual de los 60 que vive hace 30 años en Paris- "es una exposición en la que llevamos trabajando mas de tres años. Cerraremos el año con Ultimas Tendencias II, las producciones recientes de los artistas más jóvenes y por supuesto ... mucha música experimental, otra marca del museo".