Avello sorprende. Siempre. Su obra es lúdica, musical y lumí­nica. Nos atrapa en su juego y, cuando nos detenemos a reflexionar, nos sorprende con un mensaje que nos obliga a cuestionarnos sobre nuestra responsabilidad social, sobre todo, aquella que tiene que ver con la calidad de vida. Un claro ejemplo de esto, es su obra Volumen emplazada, recientemente, en la explanada del Malba.
Este gigantesco semáforo de siete metros y medio de altura no es otra cosa que un indicador estético de sonido ambiente que traduce datos sonoros a luz y en tiempo real. De esta manera, la intensidad de los ruidos producidos por los automóviles que circulan por la Avenida Figueroa Alcorta y los aviones que atraviesan su cielo, se reflejan en esta vistosa columna que, de acuerdo a la cantidad y al color de las luces que se encienden en ella, indican claramente, la intensidad de contaminación sonora. Una atractiva e hipnótica danza de setenta y cinco luces verdes, cincuenta amarillas y veinticinco rojas que ayudan a tomar conciencia de que Buenos Aires es la tercer ciudad mas ruidosa del mundo. Una obra de arte contemporánea que deja traslucir el talento y la sensibilidad de este artista que en los años 1998 y 1999 participó de la Beca Kuitca y, en 1999 recibió, del Fondo Nacional de las Artes, una beca para la creación.