News Argentina

miércoles 16 de julio, 2008
LA MUESTRA DE LA SEMANA
Carlos Masoch - Sinfonía de sentimientos
por Victoria Verlichak
LA MUESTRA DE LA SEMANA
 

Siento que esta muestra es una bisagra en mi vida" dice Carlos Masoch (Buenos Aires, 1953) a Arte al Dí­a, aludiendo a su notable exposición de pintura desplegada actualmente en la galerí­a Praxis. Es que, tras participar activamente en la escena de las artes visuales de los años ochenta, el artista transitó otros territorios: el de los medios de comunicación y las artes escénicas.

Siento que esta muestra es una bisagra en mi vida" dice Carlos Masoch (Buenos Aires, 1953) a Arte al Dí­a, aludiendo a su notable exposición de pintura desplegada actualmente en la galerí­a Praxis. Es que, tras participar activamente en la escena de las artes visuales de los años ochenta, el artista transitó otros territorios: el de los medios de comunicación y las artes escénicas.
Masoch está de vuelta con Pinturas 2004-2005, una sinfoní­a de sentimientos, que discurre entre la interrogación por el sentido de la existencia y su pasión por el oficio de la pintura. Se trata de una sucesión de óleos y acrí­licos de pequeño y gran formato, organizados en siete suites que expresan un entrañable arco de impresiones y matices.
Con los pesares de Sí­sifo (que remonta una y otra vez la cuesta con su pesada carga) como obertura, los movimientos se desenvuelven en un desarrollo de lo real maravilloso y una serie de "vida de santos", transcurren por juegos tenebrosos e infancias inmoladas y concluyen en un sentido homenaje a Spilimbergo.
En las obras expuestas en el segundo piso, el artista cambia el tono y abandona las sombras y el delirio. La última pieza transmite una rara placidez a través de los colores de algunos retratos de interiores de salas y cocinas, sin presencia humana, pintados sobre cajas de ravioles.
El espacio de la pintura es hoy central en la vida de este hijo de obreros, que estudió con Néstor Cruz y Gabriela Aberastury y que, tras un accidente, perdió la visión de un ojo. A pesar de éste y otros avatares, Masoch siempre siguió pintando -con distintas intensidades y sin preocuparse por tendencias dominantes- antihéroes incongruentes y paisajes absurdos que transitan la cotidianeidad y lo fenomenal, lo trivial y lo misterioso, confirmando que el entusiasmo por su quehacer está antes que cualquier estrategia.
Naufragios y esperanzas se multiplican en las sorprendentes ficciones de Masoch, donde sus ambiguos personajes y escenarios -que parecen concebidos entre el sueño y la vigilia- tienen la locura pero también la necesaria ilusión que, mágicamente, los torna tan próximos como secretos.

Hasta el 27 de septiembre en Praxis, Arenales 1311