News Argentina

miércoles 16 de julio, 2008
DIEGO BIANCHI
Arte de la generación 2000
por Laura Batkis
DIEGO BIANCHI
 

Es exponente de una nueva tendencia que se manifiesta en el arte de la generación 2000. Las instalaciones con elementos orgánicos en descomposición, olor, moscas, ruido y un tipo de arte más cercano a la idea de generar situaciones estéticas que al fetiche de culto del objeto artí­stico.

Es exponente de una nueva tendencia que se manifiesta en el arte de la generación 2000. Las instalaciones con elementos orgánicos en descomposición, olor, moscas, ruido y un tipo de arte más cercano a la idea de generar situaciones estéticas que al fetiche de culto del objeto artí­stico. Varias de estas manifestaciones se expusieron en las últimas ediciones del Premio Petrobras de arteBA. Les interesa la obra del suizo Thomas Hirschhorn y cierta anarquí­a neodadá. Entrevistamos a Diego Bianchi, que realizó una muestra en la galerí­a Alberto Sendrós a la que hay que subirse con una soga escalando una rampa.

Arte al Dí­a : ¿Cómo surgió el tí­tulo de su muestra, "Imperialismo minimalismo"?
Diego Bianchi: Siempre en mi trabajo existió una tensión secreta con el minimalismo y decidí­ finalmente explicitarla.

AAD: Históricamente la definición del minimalismo es "menos es más", ¿cuál es su definición de esta tendencia?
DB: Si se miran las piezas de esta instalación individualmente, las operaciones son muy simples. Lo que sucede es que las situaciones son muchas.

AAD: Usted usa el minimalismo para contradecirlo.
DB: Sí­. El minimalismo usaba objetos especí­ficos evitando todo referente. Yo utilizo objetos en el mismo sentido pero intento multiplicar en todo lo posible las referencias.

AAD: Como las fichas del juego de dama que son tapitas de gaseosas.
DB: Es un juego que representa una guerra, se trata de eliminar al otro y de conquistar su terreno. Reemplazo blancas y negras por tapitas con marcas, armé un tablero de Pepsi contra Coca Cola, Sprite contra Seven Up, Fanta contra Mirinda.

AAD: Hay un tono de guerra por la supervivencia, de vencedores y vencidos.
DB: Sí­, con esa intención usé también el camuflado, pero sobre cosas absurdas.

AAD: También pervierte el estilo, al poner los tubos de neón como referencia a Dan Flavin, pero en vez de estar encendidos son todos tubos quemados. Toma los estilos del imperialismo del arte y los banaliza.
DB: Sí­, los contamino un poco, les falto el respeto o a la inversa, transformo lo cartonero en decoración minimal.

AAD: Hay algo de naturaleza artificial adentro de una galerí­a.
DB: Sí­, como la carpa como posible vivienda dentro de ese contexto, las sequoias taladas, simuladas con contact madera, volcanes de barro pero con Fanta Naranja y Pomelo adentro. Imaginé al habitante de este lugar como si fuera un coleccionista de signos: atados de cigarrillos sin sus packs, ojotas y zapatillas viejas. Uso la información que nos entra sin siquiera buscarla. Como toda la información que llega en un diario el dí­a domingo, incluidos los volantes y las publicidades que vienen adentro. Los puse como una cascada en la pared armando una competencia entre todos los diarios del domingo para ver quien tení­a el mayor despliegue.

AAD: Hay una invasión de las marcas como sitio de pertenencia a determinada tribu urbana.
DB: No hago un juicio moral al respecto, estoy atento a lo que sucede, las marcas le dan nombre a las fiestas y a los festivales más masivos, después yo no fumo un Camel, ni tomo Brahma. Como el fútbol que está en la tele de todos los bares o MTV, casi no lo vemos y lo que estamos escuchando simultáneamente es la música de la radio. Es como vivir en un mundo disléxico.

AAD: Usted somete al espectador a escalar una rampa casi colgado de una soga.
DB: Querí­a poner algún tipo de dificultad para verla. Pensé primero en la dificultad económica, que la gente tuviera que pagar para entrar. Después desistí­ y corrí­ el sentido hacia una dificultad de tipo fí­sica. Escalar, trepar, pasar los escalones y la plataforma donde ubiqué el escritorio de la recepcionista hasta cruzar del otro lado donde está este remanso pseudo natural, este refugio. Querí­a que el espectador tuviera que hacer un esfuerzo de voluntad, pasar una prueba para poder ver la muestra; que entrara en calor antes de empezar a ver.

Perfil

Diego Bianchi (1969) es diseñador gráfico. Estudió con Pablo Siquier y fue becario de Guillermo Kuitca. En 2002 hizo su primera muestra, en 2004 una obra suya fue adquirida por el MALBA y acaba de presentar su muestra "Imperialismo minimalismo" en la galerí­a Alberto Sendrós. Usa todo el repertorio de estilos de la posmodernidad como un archivo de recursos que selecciona de manera fragmentaria. El situacionismo del arte de acción, la deshabituación del Dadá y el colorido consumista del pop. Para financiar su muestra, mandó la foto "Tiempo compartido" a cien personas con un texto en el que intimida a comprarla por $100 o devolverla. En la era del consumo, Bianchi nos devela las estrategias del marketing actual del capitalismo salvaje que promueve borrar el deseo personal con la dudosa ilusión de eliminar la angustia existencial bajo el amparo vip de una marca de cigarrillos. '