News Argentina

miércoles 16 de julio, 2008
DE CÓRDOBA A PARÍS Y DE PARÍS A BUENOS AIRES
por Alina Tortosa
DE CÓRDOBA A PARÍS Y DE PARÍS A BUENOS AIRES

Antonio Seguí­ (1934, Córdoba) viajó de Paris a Buenos Aires para la inauguración de dos muestras suyas que abarcan periodos claves de su producción: obras tempranas en el Centro Cultural Borges, curada por Ed Shaw, quien ha seguido la evolución de este artista desde entonces, y obra de los últimos quince años en la Sala Cronopios, en el Centro Cultural Recoleta, curada por Clelia Taricco. Entre ambas épocas se extienden casi tres décadas de trabajo intenso, de experimentación en técnicas gráficas y pictóricas, y una experiencia de vida que se fue articulando desde su Villa Allende natal a estudiar en Madrid y Paris cuando aún no habí­a cumplido veinte años. De Parí­s a Córdoba, de Córdoba a Buenos Aires, y después un largo recorrido por América Latina. Finalmente en 1963 el autor se instaló en Paris, desde donde nos visita regularmente.
Las telas de mayor tamaño que se exhiben en la Sala Cronopios fueron, en un principio, pobladas exclusivamente por hombrecitos trajeados a la manera de señores formales de provincia. En los últimos años el autor ha incluido mujeres, algunas desnudas, y hombres fortachones en musculosa. Estas telas han sido trabajadas obsesivamente en forma recurrente, con cambios sutiles entre una y otra, son tapices urbanos en los que las figuras tejen espacios claustrofóbicos o se desplazan arbitrariamente por encima de los edificios como si las sostuviesen hilos invisibles. Las figuras humanas se pueden interpretar también como sí­mbolos gráficos que articulan un lenguaje í­nter textual describiendo un ajetreo urbano aparentemente indiscriminado y posiblemente alienante.
En pinturas y grabados de menor tamaño hombres alados presentan versiones surrealistas de los mismos personajes. Otras pinturas de pequeño formato tratan temas tan diversos como las naturalezas muertas y el fútbol. Los grabados y las ilustraciones de libros que se exhiben en las salas laterales confirman la habilidad de este autor en las técnicas gráficas.
En una charla previa con Antonio Seguí­ nos contó de sus viajes a Córdoba tres veces por año, en los que retoma el contacto con los espacios y el paisaje donde transcurrió su infancia. Nos habló de la revelación que fueron en su primer viaje a Europa las obras de los artistas que habí­a admirado de lejos en reproducciones, de los nueve años que no vino a la Argentina durante el proceso militar, y de las veces que su casa fue invadida y registrada en Francia por orden de los funcionarios de la Embajada Argentina de esa época, de su afición de coleccionista y, como no podí­a ser de otra manera, de su pasión por la pintura y por su trabajo de artista.
Como pudimos apreciar en la colección de grabados que Seguí­ donó al MAMba -Museo de Arte Moderno de Buenos Aires- y que se expuso en este museo en el 2001, su obra se informa de la historia con H mayúscula, de su historia familiar, de la cultura mediática de distintas épocas de su vida y de los rituales de la vida cotidiana doméstica, como lo atestiguan algunas de las pinturas de formato pequeño expuestos hoy en la Sala Cronopios.
Su donación al MAMba y las muestras actuales en el Centro Cultural Borges y en el Centro Cultural Recoleta ilustran fehacientemente su carrera.

Hasta el 24 de junio en el CC. Borges, Viamonte esq. San Martin

Hasta el 10 de junio en el CC. Recoleta, Junin 1930