Nota publicada online

miércoles 25 de octubre, 2023
Yuyo Noé en el MAR 
Su "Visión quebrada" celebra los 10 años del Museo
Costa Peuser, Marcela
por Marcela Costa Peuser
Yuyo Noé en el MAR 

"Visión quebrada" - Instalaciones de Luis Felipe Noé. Se trata de una exposición compuesta por obras de su trayectoria y actuales, donde exhibe cómo su pintura se expande, atraviesa disciplinas y arma un entretejido de materialidades, resonancias históricas y articulaciones conceptuales. Forma parte de los festejos por el 10° Aniversario del Museo Provincial de Arte Contemporáneo MAR de Mar del Plata.

Por primera vez Luis Felipe (Yuyo) Noé llega al MAR, con importantísimas instalaciones. Se trata de obras producidas a lo largo de su activa carrera, reunidas en esta oportunidad bajo la curaduría de Cecilia Ivanchevich en co-producción con la Fundación que lleva su nombre, para celebrar los diez años del museo.

Las obras expuestas no siguen una cronología estricta y están agrupadas alrededor de ciertas temáticas que siempre ocuparon el interés del artista: dialogar con la historia, la política y la realidad argentina.

Noé desde los años 60 ha trabajado su obra en relación con el espacio circundante, convirtiéndose en un pionero en este tipo de obras. Siempre necesitó salir del marco y avanzar hacia el espacio. El artista utiliza el plano dividido para dar forma a su concepto de visión quebrada, emplea el frente y reverso del bastidor armando una grandes instalaciones que ocupan todo el espacio de la imponente sala.

Al inicio sus instalaciones consistían en ambientaciones, creadas a partir de pinturas ensambladas dispuestas en las paredes de la sala, el piso, o colgadas del techo. Durante su estancia en Nueva York realizó ocho instalaciones que en su mayoría fueron destruidas y solo se conserva El ser nacional (1965- reconstruida en 1993) que habla de la fragilidad e inestabilidad de nuestra historia, tema que retoma en "Instauración institucional" (1994).

En "Reflexiones con texto y fuera de contexto, que se presentó en la Primera 
Bienal de Arte de Buenos Aires, organizada por Jorge Glusberg
 en el Museo Nacional de Bellas Artes en el año 2000. Se trata de una instalación de gran formato y absolutamente autobiográfica,“nostálgica y revindicatoria” como afirma el artista. Está conformada por bastidores de colores brillantes, telas que se desprenden, una paleta de pintor, varios autorretratos, espejos inclinados; todos los elementos atados entre sí y atravesados por una cinta en la que pueden leerse distintas frases que nacen de la reflexión. Es una estructura compleja que se corre totalmente de los límites de la pintura y se adueña del espacio.

El arte de América Latina

En la década del setenta, como muchos de su generación, Noé sintió que el deber artístico no estaba sólo en los museos, sino en la participación y en la reflexión, que el arte debía fundirse en la vida social. En 1971, esta postura se materializa en la obra instalativa El arte de América Latina es la revolución que realiza para una exposición en el Instituto de Arte de América Latina de la Universidad de Chile y que fue reconstruida en 2021 para la exposición Lunes es revolución, que se realizó en el Museo de la Solidaridad "Salvador Allende". La obra se convirtió en un manifiesto crítico compuesto de consignas que buscó interpelar la concepción de un arte revolucionario, las normas coloniales y las contradicciones sobre el rol social del artista como conductor de soluciones. La obra fue re adaptada en 2021 y testimonia su pensamiento militante.

La instalación RED que comprende las obras "Estática velocidad” -una pintura de 11 metros de largo- enfrentada a “Nos estamos entendiendo”-15 piezas irregulares que conforman una colorida constelación- que el artista produjo en 2009 para representar a la Argentina en la
53 Bienal de Venecia. Allí Noé expande la pintura sobre el muro, creando múltiples puntos de vista a través del fragmento.

Una de sus recientes instalaciones, "La eternidad" (2023) redefine su poética pictórica para crear una pintura expandida, potente e inmersiva. Una vez más Yuyo Noé insiste en su provocadora desmesura y se revela como uno de los grandes artistas contemporáneos.

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