ESmeralda 986

Los fantasmas siempre estuvieron ahí, desde aquella aún inexplicable fotografía de la navidad de 1993 con la supuesta aparición ectoplasma de mi abuelo, quién sabe, quizá esa fue la ignición de mi interés. Desde hace más de 15 años, la fotografía viene siendo el canal por el que les supe dar cuerpo a estos seres de ultratumba. Es un término amplio hablar de espectros, pues puede hacer referencia tanto a un trauma como a una figura del más allá. En mi caso me quedo con la definición de Rushdie: “Un asunto inconcluso, eso es ser un fantasma”. Aprendí a resolver esos “asuntos pendientes” a través de la imagen desanudando los conflictos de la existencia, expiando las urgencias internas y todas sus cargas por la vía más sublime con la que pude conectar: el acto fotográfico. Transformando así todas esas urgencias de la existencia en razones auténticas.
En esta muestra se exhiben tres series distintas: Los sueños del padre, La edad de la desaparición y El gemelo fantasma. En todas es el uso de la metáfora visual el recurso narrativo, que al alejarse de la literalidad, se enriquece de elementos que añaden simbolismos y cargas teóricas. La yuxtaposición de espacios como alusión de la demencia senil, una naturaleza que propone un espacio liminal o purgatorio entre un más allá y un más acá, el estado de coma o la “noche boca arriba” a la manera de Julio Cortázar. La fotografía nos da acceso a esos espacios inalcanzables, lugares que solo existen en la interioridad, aquellas “difusas provincias” donde la teoría y la indocumentada ilusión nos dicen que allí deambulan los que ya se fueron y la única forma de seguirles el paso, de preservar algo hacia ellos es esta que la cámara dispone. Es un conjunto de imágenes que a través de la construcción de un relato de ficciones busca posponer el olvido de eso que se fue y no dejamos de añorar.
Cada una de estas series fotográficas hablan de ese procesamiento interno, de esa implosión, de esa lectura entre líneas y esa mirada que es mía, pero que no pierde intención en provocar en la mirada del otro algo que la haga suya también. Al final, ¿los fantasmas somos todos, no? o a eso, en el mejor de los casos, nos dirigimos indefectiblemente.
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Inauguración: 22 de mayo 18h
Los Fantasmas
de Cristias Rosas
en Phuyu
Esmeralda 986 - CABA