Nota publicada online

martes 10 de enero, 2023
Rituales equivocados
Curadores y artistas del proyecto PAC
Rituales equivocados

Con la curaduría de Victoria Acosta, Daiana Roldán y Victoria Storni, participan los artistas: Maria Emilia Hendreich, Tomás Balardini, Jimena Nieto, Gabriela Demichelis, Delia Hou, Ezequiel Chiodi, Rolo Juárez, Milly Vazquez, Francisco Alvarez, Miguel Aguilar Olguín, Karina Glocker Zabala, Mariana Ponce, Mariana Legon. Y tres de los artistas de FORMARTE.BECAS, Evi Tártari, Nicolas Vega y Santiago Andrés Viale, quienes participaron del programa virtual de PAC desde Córdoba y Catamarca.

Esqueletos, un banquete, reiterados gestos, textiles, fotografías, figuras representadas y una diosa. Esta exposición es una invocación a un dios equivocado, una serie de acciones y objetos rituales, donde la propia exploración del cuerpo y su vínculo con la naturaleza son protagonistas. ¿Qué dice nuestro cuerpo a través de nuestras acciones? ¿Hasta qué límites somos capaces de llevarlo para invocar a un otre? ¿Cuáles son las ofrendas que estamos dispuestos a dar? ¿Qué es lo que hace que algo sea un cuerpo?

Rituales equivocados se compone de 16 artistas pertenecientes a diversos espacios y geografías, que a su vez conforman una microcomunidad en relación a las obras y en ellas mismas. Es a su vez un lugar privilegiado, donde se instalan colectividades instantáneas generando un dominio de intercambio propio de la imagen de las relaciones humanas que refleja.

Cada ritual es llevado a cabo a partir de una coreografía propia que debe cumplirse sin alteraciones, no hay lugar a la improvisación ya que no podemos ser ajenos a los riesgos que esto implica: un paso en falso podría invocar a una deidad incorrecta, una duda podría desatar un maleficio sobre quien lo intenciona, una palabra imprecisa podría invertir la invocación deseada. ¿Estamos dispuestos a explorar ese error y el mundo que nos ofrece? Este interrogante nos ha llevado a encontrar adoradores de lo profano, a contemplar la naturaleza que nos rodea y nos contiene, a ofrecer nuestro cuerpo como ofrenda y a la manifestación intempestiva del cuerpo presente y de aquel que ya no está .

La auto-exploración y experimentación de aquello entendido como cuerpo opera como territorio de acción hacia otra cosa. Los altares se instalan en un entorno natural y median entre lo terrenal y lo divino. Nos permiten conectarnos con la tierra, sumergirnos en los fenómenos naturales que nos conquistan en cada aparición, ofrecernos en cuerpo y alma sin temor alguno y pensar en que existe algo después del fin.

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