Nota publicada online

Pulso óptico, la exposición que se presenta en la Galería Zurbarán hasta el 10 de junio constituye una buena oportunidad para conocer un extenso conjunto de obras realizadas por Cristian Mac Entyre durante la última década. Aqui una entrevista exclusiva del artista con Arte Online.

Después de casi treinta años de trabajo, la geometría sigue siendo el eje central en la obra de Cristian Mac Entyre, pero no desde un lugar rígido, sino inestable, casi líquido: un movimiento visual que se agita sin moverse.Las 25 obras que componen la exposición fueron realizadas entre 2012 y 2025
¿Qué continuidades hay entre ellas y qué proyecciones dejan abiertas a futuro?
Si, se dan las dos cosas. En cuanto a continuidades hay una imagen que venía trabajando desde el 2012 y que la volví a encontrar trabajando en el taller en las obras nuevas de este año. Tenía que ver con la misma emoción pero plasmada desde otro lugar. Por ejemplo, al principio de esta muestra, se exhibe una caja cinética que realicé en 2012 donde se mueven una esferas de colores que generan todo un movimiento con líneas, y después, enfrente, se encuentra un cuadro reciente donde eso mismo se narra de la misma manera pero ya sobre una tela pintada en acrílico. O sea, hay en ella muchas líneas con mucho color. A diferencia de la caja no tiene motor pero es una tela que genera volumen, dinámica, superposición y movimiento pese a ser una imagen estática. Eso me ayudó a poder armar la muestra, mostrar un poco como es el devenir de este tipo de arte desde mi personalidad. En distintas partes y momentos de mi vida fui con distintos materiales, distintos soportes, sublimando las mismas ideas, las mismas emociones, las mismas sensaciones.
¿Cómo es el proceso de creación de las obras? ¿Trabajás con bocetos, series, estructuras?
Al principio trabajaba con bocetos y después dejé de hacerlo porque cuando terminaba el boceto se me iban las ganas de hacer el cuadro. Plasmada la idea ya no me entusiasma llevarla a la tela o a otro plano. Entonces, trato de evitar hoy en día el boceto para no repetirme. Muchas veces veo el cuadro terminado y me pregunto: ¿qué hubiese pasado si lo hubiese hecho con fondo azul y otros colores? Por lo tanto, me gusta re versionar esos mismos cuadros porque me empiezan a aparecer otras ideas. Necesito re versionar con distintos fondos o posiciones hasta agotar la idea. Cuando eso se produce digo: bueno, esto ya está hecho. No creo en eso de la musa inspiradora, uno trabaja y trabaja. Durante el proceso uno va teniendo en la cabeza ideas vagas que no le llegan claramente a la parte consciente pero en algún momento afloran. Aparecen pero no mágicamente, son producto del trabajo y de un desarrollo inconsciente.
¿A qué se debe la insistencia metódica con algunas formas en particular?
Lo que se ve en estos cuadros son formas ondulantes que, aunque no representan literalmente al agua, están profundamente atravesadas por ella. No es que busque ilustrarlas. Lo que intento es compartir algo de su comportamiento, su ritmo, su persistencia. Como esas marcas que deja el agua en la arena cuando retrocede una ola. Estas líneas funcionan así: son como huellas de un movimiento anterior. Vibran, se desplazan, flotan o se deslizan unas sobre otras. Tiene que ver con mi propia experiencia de estar bajo el agua. Esa sensación de suspensión, de distorsión, de ver los colores refractados. Los colores flúo, los rojos o violetas aparecen como estallidos visuales, como si fueran corales o luces artificiales filtradas por el mar. No busco describir esa experiencia, sino convocarla. Invito a que se mire sin explicaciones, sin buscar un mensaje. Que se recorra con la vista lo que a mí me nació del cuerpo, del aire contenido, del movimiento controlado… y también de la deriva.
Hay una elaboración que tiene que ver con los contenidos manifiestos y latentes.
Me interesa sublimar. Nietzsche decía que lo que ocurre dentro nuestro es como un campo de batalla. En nuestro interior tenemos variantes de la personalidad, estados de ánimo, proyectos, sensaciones. Se muestra una imagen pero dentro hay un montón de caras, de maneras de expresarse. Acá, con estos cuadros, pasa lo mismo, uno ve una imagen, la empieza a recorrer y esa imagen va cambiando, se va desarrollando, se va desenvolviendo y es como el devenir de la vida, que es así, fluido y dinámico.
Nadie mira dos veces el mismo cuadro. El título de esa pieza expuesta remite a la famosa frase de Heráclito "nadie se baña dos veces en el mismo río" y a la vez se relaciona directamente con la experiencia del espectador. ¿Qué importancia le das a las devoluciones de los espectadores?
Me encantan las devoluciones porque no me gusta contar qué es lo que yo hago, cúal es la intención, qué quise decir, ya que a veces eso lo descubro después de terminar el cuadro. También mi manera de interpretar el cuadro puede condicionar a quien está observándolo. Prefiero que el cuadro hable por sí solo porque no se transmitirlo con palabras. Mi lenguaje pasa por otro lado. Me gusta ver qué transmiten, qué emociones generan y si el espectador me las puede contar mejor. A mi eso me enriquece. Hay tantos cuadros como espectadores. Un cuadro es algo que uno arroja a la vida. Después tiene un pulso que el otro lo va a interpretar, que lo va a sensibilizar o no.
Te definís como un artista óptico, cinético y geométrico. Formas parte de una tradición ¿Qué pensás acerca de la incidencia de las nuevas tecnologías?
Mi padre, Eduardo Mac Entyre, fue co-creador del Arte Generativo junto a Miguel Angel Vidal. Ellos, en su manifiesto, expresaban que querían dinamizar y darle movimiento a las formas del Arte Concreto. Querían llevar el movimiento y la dinámica a sus cuadros. Después, mi padre en 1969 participó de una de las primeras experiencias que se hicieron en el mundo con unas computadoras de IBM en el CAyC. Esas obras pertenecen al Victoria and Albert Museum de Londres. Ahora se encuentran exhibidas en el Museo de Bellas Artes de Nantes en una exposición que se llama Electric Op. En relación a la posibilidad de hacer arte con estas herramientas mi padre me decía: “mientras el ser humano esté detrás de estas herramientas y les de sensibilidad va a estar bien”. Después me puse a pensar y dije: un lápiz, un pincel, todas son herramientas para poder llegar a algo, todas son herramientas que no se desmerecen una a la otra. Las tecnologías deben estar a nuestro servicio.
Es notable la presencia de elementos musicales en tus pinturas y cajas ¿de dónde provienen? Es sabido que tu madre, María Carmen Apicella, era una apasionada por la música.
Si, es así, incluso hice una exposición que se llamó Paisajes Sonoros. Mi pasión por la música la despertaron mis padres y especialmente mi madre que escuchaba música todo el día. A mi padre le hubiese gustado ser pianista y todos en mi familia ejecutaban algún instrumento. Mis abuelos tocaban el violín y el piano. A mi siempre me fascinó la guitarra. En algún momento me pregunté cómo describir determinados momentos de la música con colores y sonidos a través de las formas. Me interesé por todo esto porque soy daltónico. En su momento hubo numerosos préstamos que se hicieron entre las dos disciplinas y ví que muchos músicos pintaban y muchos pintores tocaban. También noté que algunos de estos artistas presentaban sensaciones sinestésicas. Los músicos suelen hablar de armonía, de composición, del color de una nota. Son préstamos que la música tomó de la pintura.
Se percibe en tu trayectoria un gran respeto al orden, a las estructuras, ¿Le das lugar a lo azaroso, al accidente, al caos?
Lo caótico es la vida. Vivir es violento. El universo con el big bang se originó de forma violenta y todo va transformándose en forma violenta. Más tarde, uno busca cierto orden, cierta coherencia, una manera de hacer transcurrir la vida. A mi me sirve todo esto para poder ordenar mi propio caos. A veces me ayuda a meditar también. Dedicarme a las líneas o a la preparación de los colores es como mantenerme en un pulso, de ponerme en otra frecuencia. Pero el caos ayuda, es donde estamos navegando.
Has sido distinguido como Personalidad Destacada en el ámbito de la Cultura en el año 2023 ¿Qué te implicó tal reconocimiento?
Me implicó ganar confianza, generar algo que me dice: confiá mas en vos. Ello ocurre con estas obras que son muy íntimas, donde voy mostrando el proceso. Quizá creí que no iban a despertar tanto interés pero fui honesto en decir: esto soy yo, esto es lo que siento, es lo que me pasa y acá está la obra. Ese reconocimiento me apuntaló, voy a creer más en lo que estoy haciendo ya que en esta cuestión artística siempre tenés más preguntas que certezas.
Hasta el 10/06/2025
Lunes a Viernes de 12 a 20hs
Zurbarán: Cerrito 1522 - CABA