El mercado del arte va adaptando sus estructuras y sus pautas a los cambiantes condicionamientos que le impone la crisis global. Tras el prolongado ciclo en que el protagonismo estuvo del lado de la oferta, la que con sus propuestas fue movilizando en forma creciente la positiva respuesta de la demanda, ahora es el momento en el que ésta, algo menguada por cierto, impone un nuevo ritmo. Los operadores han perdido parte de la iniciativa, y deben limitarse a servir de canal para el tráfico entre una oferta, algo temerosa de enviar sus mejores obras a una plaza restringida, y una demanda
en plan de hacer valer el peso de sus decisiones.
Ante esta situación, las casas líderes del mercado internacional van diseñando sus estrategias. Si la oferta limita sus envíos a la espera de tiempos más propicios, las empresas de subastas responden reduciendo la cantidad de lotes en sus catálogos. Sotheby¹s, en su reciente subasta de Impresionistas y Modernos en Londres alistó en su primera noche tan solo 27 pinturas, logrando la venta de 23 de ellas. Si la demanda no parece dispuesta a aceptar operaciones públicas que superen los diez millones de
dólares, las obras tasadas por encima de ese nivel superior del mercado son excluídas de los catálogos de remates y se tratan de negociar en forma privada. Obviamente, la reducción de costos -gastos de personal incluido- ha sido encarada en forma tajante y decidida, aún a riesgo de que el glamour, ese componente que parecía indisolublemente unido al mercado del arte, quede postergado por el momento.
En nuestro mercado local, que no alcanzó a saber de burbujas, la crisis no asumió aún circunstancias tan rotundas. Si bien nadie espera que el volumen de ventas de arte argentino en subastas alcance en este 2009 los 14,1 millones de dólares logrados en la temporada pasada, es razonable esperar operaciones por un total que rondaría entre los 8 y los 10 millones. De mantenerse ciertas variables macroeconómicas, ese es nuestro pronóstico. Al cerrar el mes de junio, las tarimas porteñas ya han vendido unas 1500 obras de escuela argentina por valor de 4,3 millones de dólares.
Los precios más significativos registrados en las subastas de este último bimestre se consignan en el cuadro adjunto. En este lapso tuvieron lugar las ya tradicionales ventas de arte latinoamericano en Nueva York. El arte argentino estuvo representado por 68 obras de 33 artistas, 24 de los cuales eran contemporáneos. A la hora del martillo, encontraron comprador 49 de ellas, lo que representa un importante 72% de efectividad, por valor de 1,5 millones de dólares. Roberto Aizenberg y Enio Iommi vieron mejorados sus records en subastas en estas convocatorias neoyorquinas.
Buenos Aires también resultó propicia en materia de nuevos records. A pesar del indisimulable clima recesivo, en lo que va de la temporada 17 artistas superaron sus plusmarcas en remates, entre ellos Rómulo Macció, Juan Doffo, Nicolás García Uriburu, Pablo Siquier y los geométricos Ary Brizzi y Miguel Angel Vidal.

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VALORES MAS ALTOS EN LAS SUBASTAS DE MAYO Y JUNIO DE 2009
(expresados en dólares)
a) en Buenos Aires
MACCIO, Rómulo Señales, 1964 171x125 Roldán 59.415
GARCIA URIBURU, N. América – Sur 195x130 Roldán 41.480
SPILIMBERGO, Lino Niña del moño blanco 100x78 Arroyo 40.360
QUIROS, C. B. de Tiznazos de quemazón 107x92 Martín S. 40.140
MOLINA CAMPOS, F. Chamuyando 32x48 Naón 38.760
b) en Nueva York
AIZENBERG, Roberto Pintura 100x77 Christie´s 146.500
TOMASELLO, Luis Atm.chromoplastique 255 112x112 Sotheby’s 92.500
TOMASELLO, Luis Atm.chromoplastique 478 86x86 Christie’s 80.500
QUINQUELA M., B. Primavera en la Boca 121x121 Sotheby’s 68.500
KUITCA, Guillermo Naked tango 192x146 Sotheby’s 68.500
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Fuente: CONSULTART/dgb