News Argentina

jueves 17 de julio, 2008
“LA LÍNEA PIENSA”
Un proyecto para el dibujo
por Melisa Lett

En el vasto campo del arte, los recursos expresivos son ilimitados.

Cada vez más distintas experiencias estéticas, de múltiples disciplinas que constantemente nacen, mueren y resurgen, nos dan cuenta de la gran potencialidad del arte que no ha muerto y que sigue vivo.

El dibujo argentino es una de las prácticas artí­sticas siempre vigente, a pesar de su gran edad, con una presencia que data varios siglos. Artistas destacados como Luis Felipe Noé, Yuyo, y Eduardo Stupí­a lo saben y por ello elaboraron el proyecto "la Linea Piensa", una serie de muestras que se realizan actualmente, en el Centro Cultural Borges con el objetivo de hacer resurgir una disciplina, que a criterio de los realizadores, no está lo suficiente valorada pese a tener extraordinarios cultores.

Arte al Dí­a: ¿Cómo surgió la idea de realizar un proyecto de tal envergadura?

Eduardo Stupí­a : La idea fue de Yuyo Noe, quién en este momento está de viaje y seguramente podrí­a expresarlo más claramente. Yuyo siempre sostuvo que habí­a que recuperar el dibujo en su sentido conceptual- técnico- poético, en su significado especí­ficamente esencial. Y rescatarlo implica ponerlo más visible.

Junto con el retroceso de las disciplinas tradicionales, el dibujo ha quedado relegado a un lugar subalterno, lateral en relación a la pintura considerada el arte mayor. Así­ se le ocurrió hacer un proyecto bajo el rótulo de " La Linea Piensa", rescatando a aquellos artistas más o menos conocidos o no conocidos, en cuyos trabajos la cuestión de la lí­nea como autonomí­a lingüí­stica fuera relevante.

Yuyo me propuso participar con él en la curadurí­a de las distintas muestras ha realizar, lo cual para mí­ fue un honor. Empezamos en el Borges por Septiembre del 2006. Conseguimos una sala que en un primer momento era la más complicada de todas y ahora se convirtió en la más codiciada. La primera muestra fue con Armando Zapia, que es un gran dibujante, con una larga trayectoria, y que ha expuesto muy poco en relación con las cualidades que tiene. Fue una gran apertura.

Hoy vamos por la muestra número ocho y podemos afirmar que el proyecto fue y es recibido con entusiasmo.

AAD: ¿Por qué el nombre: "La Lí­nea Piensa"?

ES: Yuyo siempre ha sostenido la idea de que el dibujo siempre se crea mientras uno lo está haciendo. Es decir, el dibujo se piensa mientras uno lo está concretando. "La lí­nea piensa" expresa que no hay tema previo, excepto la lí­nea que lo va buscando. Un artista puede tener un tema, una idea previa de lo que va hacer, y lo define con su propio lenguaje. Y nosotros no excluimos este tipo de construcción, pero nos interesa ese dibujo cuya construcción gramatical lingüí­stica especí­fica no esté subordinada por los contenidos previos, más bien es al revés. Por eso hacemos más hincapié en la lí­nea antes que en los contenidos. No nos importa tanto lo qué quiere decir el artista sino en cómo lo expresa. Y en ese cómo las cuestiones de la lí­nea son centrales.

AAD: ¿El hacer se define sobre la experimentación misma o existen reglas que lo instauran de a cuerdo a un modo especí­fico?

ES: No deberí­a confundirse "La lí­nea piensa" con una experimentación por sí­, per se. Es decir, la experimentación está incluida dentro de un escenario técnico- conceptual, sometido a ciertas leyes y controles. Sino serí­a muy sencillo, fácil, abrir el juego y que toda experiencia expresiva valga. Todos los elementos dinámicos de la obra deben ser objeto de una conciencia, de una reflexión; por parte nuestra en elegir aquello que sea más propio, y por el lado del artista, en saber que en el rumbo que esté tomando, en medio de sus libertades, siempre hay una certeza, acompañada, también, de cierto grado de incertidumbre. Por eso afirmamos que la lí­nea piensa, afirma y se interroga. Es decir, no se trata solamente de la presencia de un arte ya afirmado, consolidado en su discurso. Nosotros trabajamos con artistas que están en una zona de interrogación más que de afirmación fuerte. Nos parece que en ese tipo de contrapunto discursivo se genera una tensión que enriquece el discurso artí­stico.

AAD: ¿Por qué ustedes están interesados puntualmente en una disciplina como el dibujo?

ES: Hay disciplinas que son universales. Es dibujo, por ejemplo lo es. Pero la universalidad de la pintura no ha tenido discusión. Se habla del retroceso de la pintura frente a disciplinas contemporáneas o eventualmente, que la pintura se encuentra compartiendo el escenario con un montón de disciplinas "no pictóricas".

El dibujo, por su parte, no participa de esa discusión, siendo que lo está completamente presente en un montón de disciplinas pictóricas y no pictóricas. La paradoja del dibujo es que está en todos lados y a la vez no está en ninguno. El mismo está contenido en disciplinas que tiene mayor entidad en la discusión de los territorios y escenarios artí­sticos contemporáneos. Anteriormente la presencia del dibujo era clave en el mundo del arte. Podemos recordar que para las academias renacentistas era lo primero. Todos los pintores eran dibujantes porque en la pintura el dibujo era la arquitectura previa; se trataba de un extraordinario desarrollo que después tení­a un correlato pictórico. La escena se pensaba ante todo dibujando.

Hoy nos interesa volver a poner al dibujo en un plano autónomo; la lí­nea es autónoma, entonces el dibujo también lo es. Todos los componentes del dibujo pueden ser tratados con una autonomí­a expresiva y discursiva.

AAD: ¿Qué es lo más importa en el dibujo?

ES: El dibujo vale por sí­ mismo. Pero es lí­cito preguntarse cuáles son los órganos, las partes del dibujo que definen el rumbo del mismo.

Uno podrí­a pensar en un juego: cómo se sostiene la mesa llamada dibujo. La patas son: la idea, la poética, la técnica y la expresividad. Las ideas no se ven excepto que sean dibujadas. Un artista puede tener una gran idea pero la misma debe poder ser dibujada. Ese es un elemento. Pero otro indispensable es la poética que es la orquestación de todos los recursos posibles en un rumbo determinado. Podemos decir que las ideas y la poética son dos patas de una mesa. La tercera pata serí­a la técnica. Si uno a la idea y la poética le saca la técnica, la mesa se derrumba. Por otra parte, si a la poética y la técnica, le saco la idea, a lo mejor con esos dos elementos juntos, la idea es una consecuencia.

La cuarta pata serí­a La expresividad se podrí­a definir como una especie de fuerza motriz, de tensión aní­mica, gestual y espiritual que va en una dirección e irrumpe en una superficie. La expresividad hoy en dí­a tiene una muy buena prensa; todo el mundo habla de ella. Pero hay que tener en cuenta que la misma puede ser ciega y puede colapsar el dibujo, en el sentido de ser un í­mpetu ciego, a borbotones, que no genere claridad.

Un dibujo se nos presenta a nuestros ojos como una suma o una resta de estos elementos, pero que siempre es productivo.

AAD: ¿Quién es un buen dibujante?

ES: Es aquel que no necesariamente tiene que tener una obra igualmente pareja. A veces hay grandes artistas que son desparejos y en ese gran desequilibrio está su calidad. Hay artistas que hacen de la precariedad o del balbuceo, una virtud. Así­ como también los hay quiénes están demasiados constituidos y entonces agobian por su propia perfección. Un buen artista es aquel que exhibe su fractura y no la disimula. Se muestra, no se esconde. Un buen artí­fice serí­a también el que conserva la frescura del principiante pero ya ha adquirido una autonomí­a discursiva particular en el vuelo, pero no está cerrada. Uno percibe todaví­a aire, que no está concluido su arte, que hay una plusvalí­a por trabajar, que siempre hay un resto. Nos interesan los artistas que se interrogan a sí­ mismos. Esto significa que hay búsquedas genuinas.

AAD: ¿Qué esperan del proyecto?

ES: Esperamos que las sumas de las muestras permitan que el proyecto sea leí­do como una antologí­a o como un pequeño museo de esta disciplina tan interesante y rica como lo es el dibujo. Es interesante la curadurí­a de artistas porque uno la propone desde el taller, buscando que en estas muestras pueden ser visibles no solamente lo que la obra dice sino acerca de los modos de producción de la misma. A nosotros nos interesa que se vea cómo está hecho determinado dibujo, que la mirada se detenga en el cómo y no tanto en el qué. El proyecto La Lí­nea Piensa es una propuesta distinta en los modos de ver, de apreciar arte.