News Argentina

miércoles 16 de julio, 2008
CRECE EL CIRCUITO DE PALERMO
CRECE EL CIRCUITO DE PALERMO

Estamos lejos de la Gran Manzana, pero tenemos nuestro propio SoHo , si prestamos atención, escucharemos voces que bien podrí­amos escuchar en ese fantástico y cosmopolita barrio de New York. Y es que este rincón de Buenos Aires, atrae cada vez a mas turistas, nacionales y extranjeros, con sus novedosas propuestas, muchas de ellas relacionadas al arte.

Recientemente abrió sus puertas sobre la calle Cabrera, 925-nueve veinticinco, una galerí­a especializada en joyas; piezas únicas y verdaderas obras de arte. Romero Brito, el conocido artista pop de Brasil, radicado en Miami, abrió recientemente su espacio también en la zona, muy similar al de Lincoln Road.

Otra novedad del circuito es Dacilart, un espacio luminoso y joven que reúne originales propuestas. Jorgelina Infer Precali, su directora, convocó en esta ocasión a dos artistas que sorprenden al visitante con sus Geometrí­as Precolombinas. Laura Ferrando, distinguida en varias oportunidades por su trayectoria dentro del arte textil, con admirables piezas realizadas en acero inoxidable y fibras. Y el artista MUniEK, seleccionado en varias ocasiones para participar del Salón Nacional, y que se caracteriza por una obra lúdica, colorida y vital.
Si seguimos caminando por Thames, al lado de la Boutique del Libro, nos encontraremos con otro flamante reducto que abrió sus puertas para enriquecer la vida cultural del circuito artí­stico de la zona: Galerí­a Thames, allí­ presentan sus pinturas Juan Carlos Lasser, Omar Panosetti, Cristina Dartiguelongue y Martha Zuik. En los 200 m2 -entre interior y exteriores-, las esculturas de Paulina Webb, Raúl "Pájaro" Gómez y Claudio Barragán adquieren una nueva dimensión. "Elegí­ Palermo Viejo porque creo que es el lugar ideal por el gran desarrollo que vivió la zona tanto en el aspecto comercial, gastronómico y hasta cultural", explicó la Directora del proyecto, Mabel Ibarra.

Caminar por Palermo SoHo, una mañana otoñal de domingo, puede resultar una excelente oportunidad para tomar un cafecito, comprar arte o conocer algún amigo holandés... o, ¿por qué no? ¡las tres cosas!