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miércoles 16 de julio, 2008
OPINIÓN
Después de la Fotografía
por Jorge López Anaya
OPINIÓN
 

Son conocidas las opiniones de Charles Baudelaire sobre la fotografí­a; las expresó sin sutilezas en la crí­tica del Salón de 1859.

Son conocidas las opiniones de Charles Baudelaire sobre la fotografí­a; las expresó sin sutilezas en la crí­tica del Salón de 1859. Allí­ mostraba su sospecha de que la nueva "maravilla" era una amenaza para la pintura. "Si se permite a la fotografí­a suplir al arte en alguna de sus funciones -escribió-, bien pronto lo habrá suplantado o corrompido por completo, gracias a la alianza natural que encontrará en la estupidez de la multitud. [...] Es pues preciso que vuelva a su verdadero deber, que es el de servir como criada a las ciencias y a las artes". Sin embargo, Gustave Flaubert, en su Dictionnaire des idées reí§ues, escrito entre 1850 y 1880, denunciaba la banalidad de esa opinión, ya aceptada, según la cual la fotografí­a "destronará a la pintura". Las opiniones fueron muchas y variadas, pero pocos dudaban de que su "infiltración" fuera una amenaza para todas las "escuelas" de pintura. Lo señaló el crí­tico Frédéric Henriet al denunciar la similitud que habí­a entre los cuadros de casi todos los expositores del Salón por la procedencia "mecánica" de las imágenes.
Gustav Courbet, un pintor realista, utilizó fotografí­as como modelos para sus cuadros; también recurrieron a ellas los impresionistas, Edgar Degas nunca lo ocultó. Marcel Duchamp parece haberse valido de una cronofotografí­a de Étienne Jules Marey para su famoso Desnudo bajando una escalera (1911-1912).
No hay dudas de que la fotografí­a, en la forma que se la utilizó en el campo de la pintura durante casi un siglo y medio, no provocó la catástrofe anunciada por los crí­ticos. Un medio técnico nuevo no pudo por sí­ sólo provocar la muerte del arte en su forma histórica, era necesario el ejercicio profundo de la autocrí­tica, que se inició, entre otros, con Robert Rauschenberg y Andy Warhol.
Fue en 1972, en la Documenta V de Kassel, que tení­a como tí­tulo Cuestionamiento de la realidad: Mundos visuales hoy, cuando se advirtieron en su conjunto las tendencias dominantes en el arte internacional. Lo más importante era la presencia múltiple de la fotografí­a. Las obras pictóricas de Malcolm Morley, Richard Estes y Gerhard Richter tení­an su principal referencia en la fotografí­a. En la sección titulada Idea estaban, entre otros, los trabajos de Hilla y Bernd Becher. En el apartado Mitologí­as individuales figuraban Hermann Nitsch, Gunter Brus y Rudolf Schwazkogler. Christian Boltanski presentó 150 Fotografí­as de la familia D. 1939-1964, para la que utilizó instantáneas, según sus palabras, "de cualquier familia".
La Documenta, por primera vez, consideró a la fotografí­a como un medio artí­stico a la par de los otros, no como un documento de prácticas diversas. Pero fue en Pictures, presentada en una galerí­a alternativa de Nueva York, en 1977, cuando se advirtieron otros usos de la fotografí­a. En su mayor parte, los expositores no trabajaban con imágenes creadas sino "apropiadas" de muy diversas fuentes, como el mundo de la publicidad, de la televisión o de la historia del arte. Era la fotografí­a después de la fotografí­a.
Sin dudas, fue el abandono del medio artí­stico "en tanto tal", en otros términos, su corrupción, lo que produjo la ruptura con la modernidad y la apertura hacia la posmodernidad. Como ejemplo están las apropiaciones y las obras "simulacionistas" de Richard Prince, Cindy Sherman y Louise Lawler.