Nota publicada online

martes 19 de agosto, 2025
Paz Errázuriz y Adriana Lestido en el Centro Cultural Matta
Aprender a través de la mirada
por Alejandro Zuy
Paz Errázuriz y Adriana Lestido en el Centro Cultural Matta

La exposición Errázuriz – Lestido. Próceres - Sepu Zarco. La conquista del hogar, reúne por primera vez en Argentina la obra de la reconocida fotógrafa chilena y Premio Nacional de Artes Plásticas, Paz Errázuriz, y de la destacada fotógrafa argentina, Adriana Lestido. Aunque sus obras abordan temáticas y territorios distintos, ambas comparten una fuerza visual que interpela lo invisible, lo excluido y lo silenciado. La exposición está curada por Cecilia Nisembaum y Fernando Farina y se enmarca en la 5° edición de BIENALSUR 2025,

"Abre bien los ojos, mira"
Julio Verne, Miguel Strogoff

 

"De tal ojo, tal objeto"

William Blake

Annotations to Sir Joshua Reynolds's Discourses

Toda foto es una huella, toda foto se presenta como el elemento perceptible de un complejo trasfondo conformado por el sujeto que fotografía, por las condiciones generales de su producción y por las variables condiciones de su recepción. Por lo tanto, una foto además de huella es indicio de un múltiple entramado de factores. La fotografía es, a su vez, un enigma: ella solicita al sujeto que la genera que se interrogue acerca de su sentido y su materia, acerca de su implicancia dentro de la propia existencia y del tiempo que lo atraviesa. En cuanto al receptor, lo convoca a criticar, a interpretar, en suma, a reflexionar. En toda mirada yace la posibilidad de una apertura.

Paz Errázuriz (Santiago de Chile, 1944), es una de las fotógrafas chilenas de mayor reconocimiento internacional. Comenzó a incursionar en el campo de la fotografía en la década del setenta y en 1981 fundó junto a otros colegas la Asociación de Fotógrafos Independientes (AFI). De formación autodidacta, ha expresado que su mejor escuela fueron todos aquellos que han sido captados por su cámara. A lo largo de su trayectoria, atravesada en gran medida por la cruel dictadura pinochetista (1973-1990), sus trabajos otorgan relieve a una humanidad desplazada: internos de instituciones psiquiátricas (El infarto del alma), últimos miembros de etnias originarias (Los nómades del mar), trabajadoras sexuales (Muñecas) y cuerpos de adultos mayores (Cuerpos), entre otros. Las series son el resultado, en definitiva, de un sostenido compromiso centrado en temas que amplios sectores de la sociedad invisibilizando y de un modo de indagación cargado de subjetividad.

La primera de las series que se presentan aquí, Próceres, data de 1984. Sin embargo, sus negativos se conservaron guardados hasta que Errázurizl os reveló para ser exhibidos por primera vez en el año 2019. Se trata de imágenes en blanco y negro registradas en una fundición que producía monumentos para los militares. Al contrario de la majestuosidad con que se las pueden ver usualmente en los espacios públicos, lo que es posible observar aquí de estas figuras son fragmentos, excedentes caídos en desgracia que apenas mantienen algo de su estereotipado hieratismo. Estos restos – cabezas y miembros seccionados, bustos sin rostro o malogrados- en primer plano contrastan con el desordenado ambiente fabril que los enmarca en el cual reinan las herramientas, las máquinas, las descascaradas paredes de ladrillos, el deterioro de los pisos o la precariedad de los techos por los cuales se filtran discretos rayos de luz. El conjunto conforma de manera desafiante toda una contracara de una narrativa heroica triunfante e históricamente viril.

La otra serie, Sepur Zarco (2019),fue realizada expresamente para la 22° Bienal de Arte Paizde Guatemala, nación que fue asolada por una guerra civil que se extendió entre 1960 y 1996. En una pequeña comunidad cercana al puesto de avanzada de Sepur Zarco, mujeres indígenas Q’eqchi’ padecieron violaciones sistemáticas y reducción a la esclavitud por parte del personal militar destinado allí. No se trató de un caso aislado pero lo ocurrido años más tarde sí resultó excepcional. Quince sobrevivientes entre 2011 y 2016 lucharon por la búsqueda de justicia logrando la condena de dos ex militares por delitos de lesa humanidad y la concesión de medidas de reparación, tanto para ellas como para su comunidad. Estas mujeres mantuvieron sus rostros cubiertos durante el proceso judicial y recién los mostraron al ganar. Los retratos de ellas, llevados a cabo también en blanco y negro por la fotógrafa chilena, las muestran de frente, de cuerpo entero, resaltando la verticalidad y la proporcionalidad de la composición y con sus vestimentas tradicionales al tiempo que destacan el lenguaje corporal con que ahora pueden trasmitir su orgullo.

Adriana Lestido (Buenos Aires, 1955), se inició en la fotografía en 1979, en la Escuela de Arte y Técnicas Audiovisuales de Avellaneda. Ha trabajado como fotoperiodista durante las décadas del 80 y 90 para diversos medios nacionales entre los que se destaca Página 12. Su trabajo ha recibido numerosas distinciones y ha expuesto en forma individual o colectiva en importantes instituciones tanto del país como del exterior. Algunas de sus fotos, como Madre e hija de Plaza de Mayo (1982), se han vuelto íconos de la lucha por los derechos humanos; otras ampliaron su compromiso social visibilizando las duras condiciones de las mujeres en prisión (Mujeres presas, 1991-1993) o de la maternidad adolescente (Madres adolescentes, 1988-1989). Lestido es además autora de ensayos y libros, entre ellos, Antártida negra con fotografías realizadas entre febrero y marzo de 2012, en las bases argentinas Decepción y Cámara y en 2022 estrenó Errante, la conquista del hogar, película que, al igual que las fotos que se exhiben en esta exposición, son resultado de un viaje al Círculo Polar Ártico.

En las imágenes que componen la serie La conquista del hogar ,en esas inmensidades desoladas del Ártico, cabe pensar que se juega algo de lo sublime. La desmesura de la naturaleza genera esa contradicción inefable en donde se mezclan la atracción y el recelo; experiencia también donde el ser humano puede descubrirse a sí mismo, practicar a través de la mirada hacia algo que parece inabarcable un ejercicio de introspección. Al fin y al cabo, la serie, como su título lo indica, es el registro de una odisea personal. En ese año y medio que permaneció allí soportando las severidades del clima y de la geografía, pudo fotografiar auroras boreales, montañas heladas cuyas cimas filosas parten nubes, superficies desoladas, peñones fantasmales que dialogan con el mar y otras formas cuyo poder cautivador no puede dejar a nadie indiferente.

Paz Erráuzuri dutrante la inauguración

Es innegable que las tres series de fotografías expuestas en el Centro Cultural Matta pueden parecer muy diferentes entre sí. No obstante, a medida que se las recorre y se reflexiona acerca de ellas, se pueden descubrir sagaces hilos conductores en común. Existe tanto en el modo de mirar de Paz Errázuriz, como en el de Adriana Lestido, una pulsión que hace conectar con precisión de orfebre las circunstancias de cada contexto, el sentido de sus pesquisas y la relevancia de sus objetos de interés. De allí entonces que el espectador interesado pueda detectar esas combinaciones de fuerzas a través de las cuales sus capacidades se ponen en juego.

Inauguración en el CC Matta

Hasta el 17 de septiembre

jueves, viernes y sábados, entre las 15:00 y 19:00 horas.

Tagle 2762 (ingreso por Plaza República de Chile) C.A.B.A

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