Nota publicada online

martes 10 de julio, 2012
Meraviglie dalle Marche
Seicientos años de pintura italiana
por Melina Ruiz Natali
Meraviglie dalle Marche

Meraviglie dalle Marche. Seicientos años de pintura italiana, como su nombre lo indica, abarca un extenso período de la historia que comienza con obras del siglo XIV hasta producciones realizadas en el neoclasicismo de fines del siglo XIX y principios del XX. Curada por Ángel Navarro, la exposición está compuesta por 43 obras provenientes de museos y pinacotecas de la región de Las Marcas, en la costa adriática italiana. La selección propone un recorrido general desde lo que significó el alejamiento de la tradición pictórica medieval, atravesando el Quattrocento y Cinquecento renacentista, las experimentaciones tardogóticas del siglo XVI, el barroquismo, y culmina, en una última sala con obras neoclásicas con algunas temáticas ya apartadas de la estricta exigencia eclesiástica.

 Como explica Giovanni Morello -presidente de Artifex-  en el texto del catálogo de la muestra, la temática religiosa predominó en casi todo el arte occidental hasta fines del siglo XVIII. Es así, que la mayoría de las pinturas expuestas representan temas marianos, como las "Escenas de la vida de la Virgen" de Paolo Veneziano o la "Virgen Orante" de Giovanni Battsista Salvi; imágenes de santos como "Cuatro santos en Èxtasis" de Andrea Lilli, o "Santa Catalina de Alejandría", de Rafael; así como también escenas de la vida de Cristo, como su "Resurrección" representada por Tiziano o una más tardía de Lilli. Toda la pintura, porta el oficio de artistas que constituyeron la historia del arte con sus estilos y experimentaciones como las pinturas de Veneziano, herederas de Giotto, con el abandono de la representación bizantina en pos de un mayor naturalismo. Las figuras van dejando a un lado su carácter icónico para adoptar formas más humanizadas. Estos cambios estilísticos, acompañan en realidad lo que fueron las revoluciones políticas y sociales de los procesos históricos. En los inicios del 1400, comienza a dominar un pensamiento homocéntrico en donde la ciencia acompaña las investigaciones de la perspectiva que se llevarán al trabajo espacial en la pintura. El Quattrocento y parte del Cinquecentto contienen obras compuestas con gran claridad, naturalismo y orden. El siglo XVI está caracterizado por la experimentación en el campo artístico que se observa en obras como las de Andrea Lilli o las de Tiziano. Dentro de las formas del manierismo, los artistas investigan en el dinamismo a través de las diagonales, la torsión de los cuerpos y el empleo de colores ácidos. En la anteúltima sala, se incluyen obras del siglo XVII en donde se observan dos grandes corrientes: Una que tiene como exponente al artista Annibale Carracci y que elige composiciones de gran claridad y cierta idealización. Otra, heredera del tenebrismo de Caravaggio en donde hay una concentración excesiva en el naturalismo y el uso del claroscuro. Obras como la "Magdalena penitente" de Giovanni Francesco Guerrieri o el anónimo "Cristo a la columna" se inscriben dentro de esta corriente. 

Finalmente, en la última sala, están expuestas obras pertenecientes a los años finales del siglo XVII hasta principios del siglo XX. Es un período amplio, pero en la exposición se da una pequeña muestra de la maestría del artista flamenco Rubens, quien trabajó en la región de Las Marcas con su dinamismo y entrelazamiento característico que se observa en "Asunción de la Virgen". También aparecen obras en donde se empieza a trabajar en la temática mitológica e histórica, característica del período neoclásico. Aquí se exponen trabajos de Francesco Podesti como "Las razas humanas" o "Eteocles y Polinices"; y la única pintura de la muestra realizada en el siglo XX: "Los caballos del Sol", de Adolfo de Carolis. 

Así, Meraviglie dalle Marche, acerca al Museo Nacional de Arte Decorativo, una muestra de grandes piezas que se incluyen en la construcción de la historia del arte. Italia fue un centro artístico de gran predominancia en aquel período, y la región de Las Marcas estuvo en permanente vínculo con la sede papal, por lo que el desarrollo de arte y fe fueron parte de la vida social. Hoy, siglos más tarde, un poco de aquella historia, se exhibe en los salones del Palacio Errázuriz Alvear. 

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