Nota publicada online

martes 13 de agosto, 2013
Mauro Koliva
Bajobony
por Melina Ruiz Natali
Mauro Koliva

Bajobony es la muestra de obras más recientes del artista argentino Mauro Koliva. En Galería Vasari hasta el 23 de agosto.

Como un tributo privado a Oscar Bony, el artista Mauro Koliva inventó un inmenso instrumento de veinte cuerdas al que tituló Bajobony. La obra la realizó Koliva en la cocina de su departamento y contó como curiosidad que a la hora de llevarla a la galería Vasari, se encontró ante la dificultad de no poder sacar el Bajobony del edificio de su casa. La circunstancia no fue producto del apego sino que simplemente, las dimensiones del baúl dificultaban su manipulación a través de los pasillos y ascensor. Cualquier persona que hoy pase por Vasari observará que finalmente, el Bajobony llegó a la exposición y de hecho impuso su título a la muestra en donde además se exhiben dibujos y una escultura en plastilina; pero la anécdota ilustra el trabajo de un artista que trabaja maximizando y minimizando tamaños.
El instrumento de cuerdas es en cierto punto un objeto autónomo en la exposición que presenta una serie de dibujos en gran escala realizados en birome. Estas obras ponen en escena contextos similares sobre los que se despliegan máquinas. Los paisajes de las obras son algo así como un patio de casa del conurbano sobre el que se emplazó un extraño sistema de poleas y engranajes cuya verosimilitud se pierde apenas el espectador intenta comprender el funcionamiento del mismo. “Son dibujos delirantes pero a la vez posibles” explica Koliva. Tal vez esa veracidad ficticia esté anclada en la solemnidad del dibujo técnico y cierta estética enciclopédica que remite a formas de la medicina y la ingeniería. Frente a la aparente racionalidad, sin embargo, en todas las obras realizadas en tinta el espectador puede descubrir un gesto expresivo que sería inadmisible en la rigidez de ese aparente dibujo académico, y es que Koliva descarga el exceso de tinta acumulada en la obra misma. En cuanto la birome se embriaga y forma esa gota viscosa y opaca, el artista hace la descarga sobre el papel y entonces, a cierta distancia, se perciben pequeños gestos de luciérnaga, como estrellas fugaces en un estilo micro expresionista.

En la muestra hay una escultura en plastilina que al igual que el Bajobony podría ubicarse en otra línea de producción del artista. Hipótesis parece un pequeño jardín que seduce por el trabajo de su materialidad conservada con resina, por los colores brillantes, y el emplazamiento entre las formas que pueden hacer pensar en un tentador desmembramiento de anatomías de diferentes organismos. Koliva habla de estas obras como zonas biológicas que hacen referencia a un universo conocido, pero, al igual que a la hora de querer descifrar el funcionamiento de las máquinas, el ojo del espectador se pierde en la minuciosidad y queda la duda de si aquello es verosímil o un delirio convincente ¿Hay alguna diferencia?

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