Nota publicada online

domingo 1 de marzo, 2020
María Luz Gil en la UCA
Poner el cuerpo
Costa Peuser, Marcela
por Marcela Costa Peuser
María Luz Gil en la UCA

La singular artista multimedia presenta en el Pabellón de las Artes de la UCA “La fragilidad de las certidumbres”, con curaduría de Cecilia Cavanagh. La muestra en la que reúne obras en video, fotografía, pintura e instalaciones y que puede visitarse hasta el 8 de marzo.

María Luz Gil es una artista difícil de encasillar. Su obra reúne la inasible frescura de la naturaleza con la reflexiva estructura de la geometría y, siempre, bajo el sabio lirismo del color. Su búsqueda nos enfrenta a ese preciso instante que queremos pero no podemos retener; como cuando se unen la noche y el día, en ese preciso punto llamado alba: un segundo que se ezcurre pero nos deja la frágil certeza de aquello que llamamos magia.

De Ari Brizzi aprendió el manejo del color:”los colores tienen que vibrar para que una obra cobre vida”, recuerda, siempre agradecida, las palabras de su maestro. “Pero también supe desde el primer momento que no me iba a quedar en la geometría”. Mientras fue su discípula ensayó la curva para diferenciarse y fueron diez años en los que trabajó una obra pictórica muy espacial y con volúmenes.

A partir de 1994 necesitó poner el cuerpo en su obra y aún lo sigue haciendo. “Fue cuando Jorge Glusberg me invitó a participar de las Jornadas de la Crítica en el Palais de Glace”, recuerda “y también, por primera vez, incorporé la video instalación en mis trabajos.” “Aprobame”, -la obra que realizó en ese momento era ella misma (un vaciado realizado en fibra de vidrio), en el piso y rodeada por cuatro televisores- remite a la mujer como objeto de consumo, que sólo tiene identidad a través de la imagen.

María Luz Gil, a lo largo de su carrera, siguió explorando las complejas relaciones entre cuerpo, paisaje, fotografía, vida y geometría. Como señala Rodrigo Alonso en el texto de la muestra, “la artista se sumerge en un universo de formas y relaciones que le permiten configurar situaciones estéticas, espaciales y vitales desde una perspectiva propia y singular. Para este fin, se vale de la fotografía, el video, la composición plástica y la manipulación digital. Los dos primeros, utilizados como medios de registro documental, le posibilitan capturar imágenes de la naturaleza, movimientos corporales, la inmensidad de los espacios abiertos y la temporalidad de acciones premeditadas o del simple devenir de los acontecimientos del mundo. Los dos últimos funcionan como herramientas de análisis, reflexión e intervención.”

María Luz Gil descubre estructuras ocultas en la naturaleza y trata de ordenarlas a través de la geometría y el color. Erige construcciones visuales que transforman por completo la mirada inocente de la realidad. “Me gusta trabajar en la naturaleza, borrar las fronteras entre lo público y lo privado, la figuración y la abstracción. En un paisaje, que cambia continuamente, hay algo que permanece y yo intento ordenarlo con la geometría” confiesa. El gran tríptico que domina la sala es un claro ejemplo de esto.

 

“Estoy construyendo y deconstruyendo siempre; es mi manera de relacionarme con el mundo”. En mis trabajos digitales tomo como punto de inspiración el píxel de la fotografía y con ese dato realizo mis composiciones sobre paisajes, personas y objetos. Así pues, parto de la realidad para configurar un mundo diferente.

En su video mas reciente vemos a la artista portando un gran marco de madera y tratando de ubicarlo en diferentes zonas de la costa marítima en un intento de enmarcar la naturaleza. La tarea no es sencilla. Los intentos de enmarcar, de encasillar la naturaleza resultan improbables y termina por arrojarlo por el acantilado. “Como seres humanos necesitamos de ciertos marcos de contención, de ciertas convicciones, de ciertas seguridades. Sin embargo, el arte -como la filosofía- se empeña en develar la inconsistencia de todas estas certidumbres” aclara la artista.

En el centro de la sala, una instalación de enormes marcos negros interpelan al visitante a sumarse al juego. Al atravesarlos o mirar a través de ellos aparecen nuevos “puntos de vista”, que ponen de manifiesto la fragilidad que existe en nuestras certezas invitándonos a explorar nuevas miradas que nos permiten seguir cambiando y, con ello, María Luz Gil cumple con su propósito, una vez mas, poniendo el cuerpo.

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