Nota publicada online


Inagotable recolectora de material orgánico: mediante sistemas muy domésticos y arcaicos de secado como mallas, racimos, atados, o cajones; realiza una operación de traslación entre la naturaleza, el taller y la sala de arte. En esa operación convierte a estos dispositivos domésticos, a esta materia viva, en esculturas denunciantes. Y en esta re-implantación uno se olvida que está dentro del espacio expositivo.
Durante el ultimo mes Margarita Wilson-Rae transformo el espacio de la galería TokonOMa y desde esa transformación cuestiona la mercantilización del paisaje, reivindica el uso del arte como herramienta de crítica contra la explotación de la naturaleza y promueve una visión más responsable de la relación entre humanos y medio ambiente.
"Este proyecto invita a pensar en la codependencia entre el ser humano y el mundo material. Espera aumentar nuestra conciencia sobre el poder de las entidades materiales y su naturaleza insumisa, para desplazar así la mirada antropocéntrica, utilitarista moderna y su inevitable violencia."
En las esculturas se observa cierta noción de subjetividad nómada, donde la artista enfatiza que se mueve entre distintos marcos de referencia como las técnicas ancestrales de recolección y secado orgánico, adaptando su trabajo para dar una respuesta al entorno cultural y social actual. Esta movilidad se traduce en un diálogo enriquecedor que promueve la fusión de tradiciones diversas, lo cual se puede observar en el uso de la traslación como medio creativo:
“En el trabajo de Margarita Wilson-Rae, los elementos recolectados se transforman en composiciones construidas a partir de pilas, manojos, atados o parvas, donde las formas surgen de gestos cotidianos como envolver, prensar, atar. Este proceso involucra otro modo de conservación, que es el tiempo y la espera. En esta exposición, la materia orgánica se dispone según algunos procedimientos que permiten su subsistencia, es decir, el sofisticado desafío de conservar la materia orgánica. Aquí hay un nuevo estadio de la recolección y su almacenamiento, que es el de las prácticas de conservación."
...”Lo transitorio y vulnerable de la materia orgánica - presente en hojas, ramas, cortezas y frutos— es acomodado con sutil empeño sobre mallas metálicas como estructuras de planchado y de respiración del material; las ataduras con cuerdas permiten la sujeción y orientación de los elementos; los apilados en estructuras de plástico para contener, ordenar y exhibir.”
“A estos procesos se suman otras prácticas más perennes: laquear, teñir y lustrar, técnicas que formulan otra etapa temporal y proyectan una mayor estabilidad de la materia hacia el futuro. Cosecheras traza entonces una narrativa que revive el ciclo ancestral de seducción y supervivencia, de una entrañable y primitiva relación con la naturaleza.”
Extractos del texto curatorial por Clarisa Appendino
"Cosechereas. Hacia el cuerpo del paisaje" profundiza la relación entre el cuerpo y el paisaje. Enfatiza la recolección y conservación de materia en un país donde la agricultura es un pilar fundamental de la economía, junto a la figura de las cosecheras que ha sido esencial. Y todo esto sucede desde una visualidad que entrelaza lo industrial con lo natural, presenta sus esculturas transformadas en artilugios poéticos impregnados de extrañeza visual.
