Nota publicada online

lunes 29 de junio, 2020
Gabriela Boer
"El momento transitado siempre se cuela y termina dejando su señal."
Gabriela Boer

"Gabriela Boer nació en Tres Arroyos en 1971 y estudió en la Facultad de Bellas Artes de la UNLP. Recién llegada a La Plata conoció el MACLA y todos aquello artistas abstractos, geométricos, cinéticos que por primera vez se exhibían en la ciudad la definieron a tomar el mismo camino de riesgos, curvas, vibraciones y rectas infinitas."  Joaquín Almeida

"Lo que más disfruto es el mayor tiempo disponible para estar en el taller pintando porque tengo la suerte de que está en casa, y para avanzar en el doctorado en artes plásticas que estoy cursando. También disfruto muchas charlas muy  buenas que tienen lugar en los vivos de instagram o en zoom y que, debido a que vivo en La Plata, muchas veces no puedo viajar para estar presente y ahora tengo una mayor posibilidad de poder presenciarlas de modo virtual, esto creo que es lo mejor por lejos de la cuarentena: la cantidad de contenidos que se están generando desde las instituciones y que quedan disponibles en distintas plataformas para quien quiera acceder a ellos.

Lo que más extraño son las fiestas, las reuniones con amigos, las muestras, los recitales, salir a tomar un café o cualquiera de esos pequeños eventos que eran cotidianos y parecían no ser nada importantes, todas las excusas para tener una buena charla íntima, ir al río, al campo, al mar, la libertad de movimiento en general, expandir de la cabeza y la mirada de cualquier forma y que no sea a través de una pantalla.

Sigo trabajando en obras que empecé a hacer el año pasado: son unas especies de símbolos o señales que no simbolizan ni señalan nada. A partir de información que saco de señales de tráfico, marcas, carteles, incluso de las molduras de fachadas de casas que daban una señal de quien vivía en la casa... casi todo puede servir de punto de partida, vivimos rodeados de señales. Las abstraigo, quito cosas, las simplifico, les sumo otras, las hablando. Finalmente aplico el color, uso una paleta cromática que podría remitir a los 60s o 70s pero siempre la rompo con algo que no la deja encajar del todo en esa época.

Por otro lado, y en paralelo, estoy trabajando con formas circulares, aisladas, que se radicalizaron a partir de la cuarentena: deje de usar rectas y todas las figuras se volvieron más blandas, los contrastes cromáticos también son menores. Los últimos trabajos se acercan un poco a los sistemas de Max Bill, estoy indagando todas las modificaciones que pueden darse dentro de la intersección de dos círculos, este es el costado más racional. El color en mis pinturas es más expresivo, rompe ese sistema: primero elijo una paleta, para después transformar esos colores en una familia, donde cada uno de los colores tienen algo de los otros colores que aparecen en la pintura, en raras ocasiones aparece un color que no se vincula de este modo. Estoy lejos de una obra autobiográfica pero el momento transitado siempre se cuela y termina poniendo su sello o dejando su señal. 

No tengo una estrategia, de hecho soy bastante buena para perderme en el tiempo, a veces se hace de noche y no puedo creer que terminó el día tan rápido. Trato de hacer cosas que me den placer y me hagan olvidar del encierro cuando se vuelve molesto como leer, pintar, escuchar música o mirar alguna película. Creo que los que pintamos nos llevamos bien con el aislamiento, nos es necesario (aunque claro está que durante tanto tiempo se vuelve muy difícil)."

Gabriela Boer, Julio 2020

Inmersiva en el Museo MACLA en La Plata

"Las obras de Gabriela Boer nos absorben, extraen nuestra atención del campo, para trasladarnos a espacios diferentes, alejándonos de lo reconocible. Ese juego entre color y forma que se traduce en movimiento es su estrategia fundamental.(...)

¿Pero de que forma expresar la inestabilidad, explorando propuestas donde la apariencia es inmóvil? La repetición y cierta perspectiva son las acciones que Boer indaga en Agitación infinita, hasta llegar a su serie Aviones no tripuladosdonde forma y fondo son uno solo. El marco recortado llega a la figura, un objeto que se desprende de la pared en reflejos de luz y viaja solo.

Esa estela de energía liberada, se reintegra en una lluvia full color en sus Espesuras del aire, atmósferas donde se respira repetición, imagen pigmentada, un juego peligroso donde nos animamos a separarnos de nuestro espacio conocido para dejarnos llevar por las profundidades. Un punto sobre otro, juntos, en un compromiso por la totalidad.

Porque en definitiva, este llamado a unirnos al todo fue lo que nos atrajo desde el comienzo y nos permitió descubrir que la inmersión fue siempre, recorrer un mismo inconsciente.Joaquín Almeida (extracto de texto curatorial)

Notas más leídas