Nota publicada online


La directora de Artes Visuales del FNA, María Silvia Corcuera curadora de la exhibición, mediante la integración de 15 esculturas pone en valor los jardines de una casa icónica y expande ese legado de punto focal de encuentros culturales y actividades artísticas: “la diversidad de formas, materiales y colores dialoga con la arquitectura racionalista de la emblemática residencia.”

Las piezas de estas quince escultoras se amalgaman a la perfección en el paisajismo de la casa, como si siempre hubieran estado allí. Testigos, en apariencia silenciosos, del devenir de este centro neurálgico para la cultura nacional. Con el antecedente previo instalado por Nelly Perazzo “Esculturas en el jardín” en el Museo Larreta, quien la propia María Silvia supo exponer, la curadora retoma esa idea:
"Esta muestra reúne obras de un grupo de escultoras consagradas, cada una con una identidad artística propia y una impronta distintiva. A través de la diversidad de materiales con los que trabajan, sus obras se expresan con fuerza, poder y una estética reconocible dentro del mundo de la escultura. A pesar de sus diferencias en presencia, sutileza y lenguaje visual, todas conviven en un diálogo armonioso, enriqueciendo el espacio con su singularidad y calidad.”

Y abrimos la puerta para salir a jugar con “Danza de la vida” de Natalia Abbot Glenz, quien alude al movimiento, la vitalidad y la energía de la existencia. Claudia Aranovich provoca desde la hibridación entre lo natural y lo artificial. Las Pasionarias exóticas y complejas de gran formato de Marcela Cabutti también difuminan límites entre lo naturaleza y la materialidad. La Venus de Mónica Canzio plantea nuevos cánones de belleza. Claudia Cerminaro entre arte, ciencia y naturaleza, hace pensar en la relación entre el ser humano y el Cosmos. María Guallar en “De agujas y dedales” realiza un señalamiento de arquetipos femeninos reconciliando mundos opuestos. Julia Farjat plantea un escultura del tipo industrial robusta y estática para la contemplación de lo rítmico e influyente como los ciclos de la luna. La importancia de la observación y el juego de la percepción en “Veo Veo” de Gabriela Heras.
Quizá una reflexión sobre la naturaleza cambiante y ambigua de la realidad de Vechy Logioio en oposición a los ritmos rígidos geométricos en los desplazamientos de planos que opera Lucía Pacenza. “Abrazo vegetal” de Norma Siguelboim contiene ideas de unión, conexión y vínculo entre elementos de la naturaleza. Así como las vueltas de la vida de María Torcello pone en tensión a la experiencia como algo dinámico, inconstante o lo cíclico pero carbonizando la superficie de la pieza para conservarla perenne. Teresa Tronconi explora la relación entre formas, texturas y materiales. Al mismo tiempo que Paulina Webb juega con la tensión entre lo sólido y lo efímero, lo pesado y lo ligero desde la materialidad y las formas. Y por último el Goliath de Noemí Gerstein parece estar en constante transformación, como si estuviera a punto de despegar y elevarse hacia lo alto. Toda una metáfora sobre la fuerza de determinación y la superación de obstáculos.
"Esculturas para Victoria"
Curaduría: María Silvia Corcuera
Artistas: Natalia Abbot Glenz - Claudia Aranovich - Marcela Cabutti - Mónica Canzio - Claudia Cerminaro - María Guallar - Julia Farjat - Gabriela Heras - Vechy Logioio - Lucía Pacenza - Norma Siguelboim - María Torcello - Teresa Tronconi - Paulina Webb - Noemí Gerstein
Hasta el día 30 de julio de 2025
Lunes a viernes, de 11 a 19h
Casa Victoria Ocampo
Jardín exterior | Rufino de Elizalde 2831, CABA.