Nota publicada online

miércoles 4 de junio, 2025
Dalila Puzzovio: Autorretrato
Un espejo de seis décadas que observa hacia el presente
Dalila Puzzovio: Autorretrato

El Museo Moderno presenta Dalila Puzzovio: Autorretrato, una pormenorizada retrospectiva que testimonia la producción desarrollada a lo largo de sesenta años por una figura ineludible del arte argentino. La exposición, que cuenta con la curaduría de Patricio Orellana y Pino Monkes, alberga obras originales, reconstrucciones y un valioso archivo documental y fotográfico.

Dalila Puzzovio y Voctoria Noorthron

La etimología del término retrospectiva remite a la lengua latina y al vocablo retrospicére, que hace referencia a “observar hacia atrás”. Por lo tanto, retrospectiva, es aquello que tiene en cuenta un desarrollo o un trabajo que se realizó en el pasado. En el campo del arte, este concepto se utiliza para presentar cronológicamente las obras de un artista con el fin de exhibir lo más relevante de su trayectoria. Este recordatorio, puede leerse como una verdad de perogrullo, pero se trae aquí a colación para invitar, a quienes recorran la exposición que homenajea a Dalila Puzzovio, a tenerlo presente de forma crítica para analizar las operaciones realizadas sobre su obra. En otras palabras, para apreciar las posibles relecturas e interpretaciones llevadas a cabo a la luz de los cambios sociales y aportes teóricos sedimentados a lo largo de un período de tiempo significativo.
Dalila Puzzovio (Buenos Aires,1942) inició su camino artístico a comienzos de la década del sesenta sumándose a las expresiones por entonces vigentes. Al poco tiempo, su nombre cobró relevancia en la escena del Instituto Di Tella donde obtuvo una serie de reconocimientos como el Premio Nacional Di Tella por Dalila autorretrato (1966) y, al año siguiente, el Premio Internacional Di Tella por Dalila doble plataforma, a la vez que se consagraba como una representante de tendencias emergentes como el pop. Esta nueva instancia hizo que sus preocupaciones se dirigieran hacia la exploración del cuerpo y a sus estrechos vínculos con la moda, el arte y los cada vez más condicionantes medios de comunicación. También por aquellos años comenzó a participar de exposiciones internacionales y formó parte de acciones artísticas llevadas a cabo en espacios públicos como ¿Por qué son tan geniales? (1965) y Mientras unos destruyen, otros construyen (1979). Su campo de acción no dejó de expandirse y sus intereses fueron incluyendo el diseño de vestuario para cine, teatro, televisión y la industria de la moda. A lo largo de las décadas del ochenta y noventa, tuvo bajo su responsabilidad el diseño de espacios de importantes proyectos arquitectónicos.

Dalila Doble plataforma, Premio Internacional Di Tella

La exhibición se desarrolla en dos salas subdivididas en núcleos. Siguiendo un orden cronológico, en la sala A es posible encontrar las primeras pinturas realizadas al óleo con las que Puzzovio dio inicio a su carrera con una exposición individual. Las pinturas. que no llevan título, obedecen a una estética informalista y fueron presentadas en 1961 en la Galería Lirolay gracias a una invitación de la artista francesa Germaine Derbecq (1899-1973). En cuanto a su estilo Derbecq afirmó que era “sutil como esas sedas chinas que sugieren espacios infinitos”. Entre los óleos es posible observar piezas correspondientes a la serie Cáscaras de 1963 realizadas en yeso ortopédico. Este atípico material de trabajo la artista lo obtuvo en el Hospital Italiano donde tuvo que concurrir debido a un accidente. El hallazgo significó un giro fundamental en su producción e implicó todo un despliegue de resignificaciones de otros materiales y de reflexiones a partir y en torno al cuerpo.
Para Dalila Puzzovio el hecho de recurrir a materiales no tradicionales derivó en una gran afinidad con otro artista como Rubén Santantonin (1919-1969), autor de obras de particular originalidad a las que denominó “cosas”. Se trataba de objetos de una morfología no convencional que solía colgar del techo y que estaban confeccionados con cartones de rezago, telas, alambres y madera. La potencia poética de estas piezas era próxima a la que la joven artista se encontraba experimentando con los yesos. A partir de la amistad entre ambos, Santantonín realizó una serie de fotografías de Puzzovio en la terraza de la vivienda que ella compartía con su pareja, Charlie Squirru (1934-2022). En los retratos registrados se advierte la conjunción entre la ambigüedad sustancial de los elementos que componen las obras y la relevancia que el cuerpo de la artista ha sido capaz de testimoniar. El efecto resultante aún hoy es capaz de generar una peculiar extrañeza.
El año 1964 marca una continuidad de estas búsquedas aunque en un tono cercano a lo siniestro. Ello se concretó con la exposición La muerte realizada ese año en la Galería Lirolay. De ésta se pueden ver documentos fotográficos y la reconstrucción fechada en la década del 90 de la obra Corona para los habitantes no humanos. Acompaña a ellos una carta manuscrita que Antonio Berni (1905-1981) les dirigió a ella (como Delia) y a Squirrudonde manifiesta su interés por el acontecimiento. En La muerte, además participaron Zulema Ciordia, Edgardo Gimenez y Pablo Mesejean.

El espacio central de la sala A lo ocupan los Corsés. Para el Premio Nacional Di Tella realizado en el año 1965, Puzzovio expandió el concepto de obra de arte hasta incluir el diseño del espacio de exhibición. En dicha oportunidad, resolvió presentar una gran instalación protagonizada por tres imponentes estructuras confeccionadas en yeso y alambre que representaban unos corsés desmesurados. El corsé, históricamente, ha sido una prenda de vestir utilizada para estilizar la figura femenina de una forma deseada o bien como una pieza ortopédica. En ambos casos se identifica su función con la constricción y el moldeado de los cuerpos femeninos. Para esta ocasión, el grupo de estructuras se encuentra sobre una plataforma que retoma la idea primigenia y resalta su contundente presencia. La primera de ellas, La esfera del tiempo, tanto en su interior como en su exterior, exhibe obras realizadas con yesos y coronas mientras que en la segunda, Se dan clases de tejido a mano y a máquina, se encuentran dispuestos unos almohadones y telas. La última, Jean Shrimpton, la plus belle fille du monde, en su origen era un homenaje a una top model, ícono del swinging London mencionada en el título de la obra. El conjunto hace foco sobre los roles atribuidos a la mujer no excluyendo su trasfondo común y sus ambivalencias.
En la sala B puede apreciarse lo que hacia mediados de la década del 60 nuevas tendencias como el pop provocarían: un cambio de estrategias que aportaron otra intensidad y color a la escena artística local. En ese contexto, Dalila Puzzovio ejecutó, con la colaboración de otros colegas, acciones colectivas e intervenciones en la vía pública. Un ejemplo fue la compañía La Siempre Viva que integró junto a Charlie Squirru, Edgardo Gimenez, Alfredo Rodriguez Arias y Marilú Marini. Con ellos llevó a cabo los denominados Microsucesos, breves improvisaciones teatrales que solían representarse en casas de amigos o en pequeñas salas donde, tomando como tema la publicidad o la cultura popular, incentivaban al público a participar apelando al absurdo y al humor. En acciones como estas pusieron de manifiesto la importancia e influencia creciente de los mass media y el avance de la sociedad de consumo. Otra acción importante vinculada a dichas cuestiones aconteció en agosto de 1965 y tuvo que ver con la instalación de un gran cartel publicitario que la mostraba a ella en compañía de Edgardo Gimenez y Charlie Squirru en una esquina céntrica de la ciudad de Buenos Aires. El cartel, de carácter festivo, simulaba la publicidad urbana destacando la interrogante ¿Por qué son tan geniales? haciendo referencia al culto a la celebridad de los artistas. Su reproducción aquí está acompañada por documentos fotográficos.

En el mismo sector se encuentra otra reproducción de vital importancia relacionada con la estética publicitaria y la moda como lo es Dalila Autorretrato. El original, realizado por afichistas de cine, obtuvo el segundo Premio Nacional Di Tella en 1966. La monumental imagen permite ver la figura de una modelo alemana de la época como Verushka von Lehndorff  (que fuera inmortalizada por Michelangelo Antonioni en el film Blow up) con el rostro de Dalila, El cuerpo recostado placenteramente y en pose seductora se encuentra iluminado con lámparas de camarín en su marco exterior y delante la anteceden unos almohadones inflables de plástico. A un costado se puede leer el poema Lo que se viene, compuesto con fragmentos extraídos de la revista Vogue y que fue incluido como texto curatorial en el catálogo del premio.
A un costado de Dalila Autorretrato se halla una obra presentada al mismo premio en su versión internacional el año siguiente. Se trata de Dalila doble plataforma : 16 pares de zapatos de taco alto de vivos colores expuestos en cubos de acrílico dentro de un gran exhibidor. Los zapatos no sólo se podían ver en la sala sino también en las tiendas Grimoldi del centro de la ciudad. El conjunto se proponía presentar a la obra de arte como un objeto de consumo más, aunque otra lectura posible lo habilita a postular el empoderamiento de la mujer desde el cambio de su apariencia y desde el hecho de “plantarse” y hacer que se modifique la forma de ver el mundo. Frente a los zapatos se encuentra una ambientación que recrea el living del departamento donde vivieron Puzzovio y Squirru que cuenta con muebles diseñados por la artista, colecciones de objetos y fotografías.
Hacia el final de la década del sesenta Puzzovio empezó a confeccionar tricots con una máquina Knittax, muy popular en aquellos tiempos. Algunos de esos diseños se muestran tanto en la sala como a través de retratos que le fueron tomados a la artista en su casa. El diseño de indumentaria la hizo incursionar en producciones para cine, teatro y televisión como por ejemplo la película Psexoanálisis (1968) de Héctor Olivera o el espectáculo musical de Miguel Angel Rondano La vera historia de Salomé (1971) representada en el Teatro San Martín. En relación a ambos casos se exhiben una serie de figurines.
En esta suerte de in crescendo creativo cada vez más integrador que Puzzovio fue consolidando a lo largo del tiempo y que esta exposición bien testimonia, además hay que mencionar sus trabajos para medios gráficos como por ejemplo la producción fotográfica del artículo Pan, amor y fantasía (1979) para la revista de modas Claudia de la editorial Abril. Su título artístico es Mientras unos destruyen, otros construyen y se realizó mientras se llevaba a cabo la ampliación de la Avenida 9 de julio. Planteada como una foto-performance se ve en ella una notable tensión entre las deslumbrantes vestimentas de las modelos en escenas que retratan una boda y el paisaje ruinoso fruto de las demoliciones.
Lejos de la nostalgia y más cerca de posiciones reivindicativas contemporáneas que de alguna manera han tejido alianzas con el inconformismo de una década ya lejana del siglo XX, pero cuyas influencias no dejan de insistir, Dalila Puzzovio: Autorretrato, se agrega a una sucesión de exposiciones que denotan una política institucional; política que hace hincapié en la ponderación del trabajo curatorial, en el interés por un diseño museográfico acorde pero sobre todo por la estimación de las tareas de investigación como base indispensable para la obtención de resultados satisfactorios.

Museo Moderno: Av. San Juan 350. San Telmo. Buenos Aires
Lunes, miércoles, jueves y viernes: 11:00 a 19:00 hs
Sábados, domingos y feriados: 11:00 a 20:00 hs
Martes cerrado (Excepto feriados)
Hasta febrero de 2026 
 
 

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