Nota publicada online
Desde Arte Online convocamos a Elia Gasparolo, artista visual nacida en Mendoza, para conocer en sus propias palabras el desarrollo de la serie de biotextiles nacidos en esta época de encierro por la pandemia.
"En la cuarentena comencé a experimentar con biomateriales y encontré un nexo con mi abuela modista, ella confeccionaba ropa y yo me encontré cosiendo bio textiles...
Las cáscaras de mandarinas que comimos con mis hijos las hice tela con las que diseñé un vestido y el resto de lo consumido los hice cuero con los que realicé collares. Estos accesorios se volvieron objetos de poder en el sentido de que están elaborados con materiales significativos como ciertos perfumes y sabores, y su importancia en la memoria. Realicé estos objetos con materiales que me conectaron con mi lugar de origen como collares de vino Malbec, lavanda y tilo, arcilla, y cáscaras de papa con romero. Una suerte de ofrenda al pasado y nexo con los vínculos, los orígenes y el concepto de que no hay futuro sin pasado. Además, me interesó pensar en cómo sería una colección basada en la naturaleza y los ciclos. Una moda basada en los cultivos y costumbres de las estaciones y no en las temporadas. Vestirse resignificando lo consumido y reconociendo la abundancia de la naturaleza.
Estos materiales se volvieron pieles para mí y cada uno de ellos significó crear y ponerse una nueva piel.
Tejido Conectivo, fue una obra que me permitió hacer participar a toda mi familia tanto aquí en Buenos Aires como en Mendoza.
Durante estos meses fui desarrollando la obra, continué con las clínicas de arte de María Carolina Baulo, y pude desarrollar proyectos junto a otros artistas. Además, avanzamos de manera muy sólida en la preparación de la muestra de Gaspar Libedinsky en el Museo Nacional de Arte Decorativo."
Tejido conectivo
"Armando un collage, me encontré cosiendo biomateriales y allí estábamos mi abuela y yo. Ella modista, mujer de tierra adentro y muy fuerte.
La posibilidad de conectar universos. Traer nuestros recuerdos más preciados. Los olores de la infancia. Lo que nos conecta.
El resto de lo consumido en la cuarenta se hizo piel, piel para vestirse. Cubrirse de elementos que significaron momentos muy personales, llenarse de ellos y tomar el poder de todo eso que forma parte de nuestra esencia.
Necesitaba experimentar, no se trataba de ver, no se trataba de oler, era cocinarlos, fusionarlos para luego verlos, tocarlos y olerlos. Quería ponerme en el cuerpo los olores y las situaciones que me conectan.
El futuro no como algo ajeno sino como algo que se siembra y se despierta en otro espacio temporal. Ofrenda al pasado y nexo con los vínculos y los orígenes. Confiar en que lo vivido y amado en el pasado tiene su impacto en el presente y en el futuro.
Volver donde la Naturaleza dictamine, confiar en sus tiempos. Lo consumido y vivido en el Invierno podrían ser los indicadores de nuestra Primavera. Colecciones basadas en los ciclos de la naturaleza y en nuestras experiencias. Los elementos biodegradables como las cáscaras o restos de los vegetales de estaciones nos guían hacia la moda de la siguiente temporada y su perdurabilidad será la que la Naturaleza dictamine.
Todos somos hacedores. Revalorizar es una manera activa de reciclar y resignificar no sólo materiales sino nuestra historia.
Desde luego sus patrones de modelos inteligibles para mí, pasaron a ser mapas y guías de futuras constelaciones.
Armando un collage me encontré y me reconocí en mi abuela.
La obra vivirá lo que la Naturaleza dictamine y a la tierra irá. Ése es su lugar."