Nota publicada online

miércoles 16 de septiembre, 2015
Silvina Benguria
Alma Voraz
Costa Peuser, Marcela
por Marcela Costa Peuser
Silvina Benguria

Melena roja al viento, anteojos negros y boquita corazón. Así es Dolly, la chica seductora que, con total desparpajo, domina la escena sin preocuparse por aquellos que la rodean. Y es que Dolly es única, es pisciana y es erótica. Es una creación de Silvina Benguria y se exhibe, sin inhibiciones, en la Librería Menéndez.

Dolly podemos ser cualquiera de nosotras; en realidad nos encantaría serlo. Todas las mujeres tenemos una Dolly dentro que no nos animamos a sacar. La que sí lo hace, y con total desenfado, es Silvina Benguria.

Pero, mejor hablemos del erotismo: ese amor apasionado que galopa siempre unido al deseo sexual, rebosante de picardía.

En la historia del arte hay, por cierto, muchas obras consideradas eróticas: La maja desnuda de Goya o El baño turco de Ingres, y esculturas como El beso o El baño de Venus que pertenecen a Rodin. Silvina Benguria es una artista universal que se sumerge en el inconsciente colectivo y rescata fantasías posibles. En su mundo conviven el humor, la candidez y la ironía.

Y, ahora, hablemos de pintura: para esta artista la pintura es luz y color y toda su producción es fiel a este principio. Sus obras son una fiesta de tonos en las que logra transparencias casi imposibles con el acrílico creando climas mágicos y etéreos. Sus personajes, caricaturescos y queribles, irónicos e ingenuos, juegan el juego de la seducción tanto, desde el refugio del “berger” como bajo las luces del teatro. En sus delirantes escenas, lo real, la fantasía y los sueños se entrelazan bajo la destreza de su trazo.

Sus pinturas y dibujos develan un alma gozosa que sabe disfrutar de la vida. Con todo lo que ella nos da y, también, con lo que nos quita.

Casualmente, Silvina Benguria luce su melena roja, su boquita corazón, es de piscis y baila el tango como ninguna.

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