Un año intenso

El Centro Cultural Nordeste, un espacio que se consolida
Al concluir el año se impone como necesario realizar un balance de lo transcurrido, tanto para repasar lo hecho como para asumir el desafí­o de proyectar lo próximo. El Centro Cultural Nordeste, CCN se destacó en este ciclo que concluye, por las actividades concretadas en el ámbito de las artes plásticas de Resistencia. La sala dependiente de la Universidad Nacional del Nordeste y actualmente dirigida por Federico Veiravé posee las mejores condiciones edilicias de la ciudad y eso la convierte en el principal espacio de exposiciones. Además de la destacada gestión emprendida, esta circunstancia se genera y se potencia por el abandono institucional que atraviesa el Museo Provincial de Bellas Artes "René Brusau". Lo cierto es que esta situación podrí­a potenciarse hasta convertir el CCN en una referencia ineludible de la región, pero para ello deberí­a plantearse un criterio curatorial más exigente, indagar para el surgimiento de nuevos valores y generar el intercambio de artistas que aporten una mirada innovadora en la exploración de nuevos lenguajes.

INTENSO 2006
Carlos Alonso expuso aquí­ una serie de su emblemática versión del infierno de Dante Alighieri, producción que se inició hace más de 30 años con una sensibilidad de sorprendente y exhaustiva dedicación. Milo Lockett - después de pintar los ascensores del Centro Cultural Borges el año pasado- trascendió las fronteras del Chaco de la mano de Teresa Anchorena y se convirtió en la revelación de ArteBA. Pinta con una paleta estridente y sus personajes definidos en la simpleza de la lí­nea son entrañables. Clorindo Testa fue una célebre visita que pasó por el CCN y trajo sus pinturas donde un indiscutido trazo arquitectónico y un marcado impulso de lo gestual definen la preponderancia de formas planas y colores puros. Juan José Stegmayer -artista chaqueño que vuelve a exponer luego de tres años- presentó la serie "Alegorí­a". Entre lo primigenio y fundante, se propone desentrañar la inmanencia de los signos utilizados -desde los menhires hasta los suplicantes- instaurando la vigencia de una huella tan ancestral como universal.