Muestras y proyectos, entre el entusiasmo y la renovación

Sugerir. Es la palabra clave, al menos para la crí­tica de arte. Criticar, interpretar, es básicamente sugerir una lectura posible y, desde ella, provocar otras.
Ticio Escobar

Cuando a veces me pregunto que estoy haciendo, surge en mi auxilio y consuelo el inefable Ticio rescatando el lugar del intérprete como un lugar "relevante", ya que este recorte implica una propuesta, supone un punto de vista y asume una experiencia particular. Es desde este lugar que me dejo llevar por mi entusiasmo de apoyar aquellos proyectos que destilan una energí­a singular y por eso me parece importante dejar constancia. Es así­, que vengo siguiendo de cerca el accionar de ARYTUCA, una fundación de San Rafael, en el sur de la provincia, que ha mostrado un crecimiento sostenido en la promoción y difusión de las artes y cultura regionales. Se trata del Centro Cultural Roberto Órdenes, que recibió en comodato por 99 años el local de una vieja soderí­a que reciclada, acaba de convertirse en una espléndida sala que cuenta además con un número considerable de aulas en donde se pondrán en marcha talleres que abarcarán todas las disciplinas artí­sticas (danza, música, pintura, cerámica y literatura) y estarán abiertos a todo el público, incluyendo a personas con necesidades especiales, que recibirán ayuda de profesionales para que puedan llevar a cabo las tareas adaptadas a su discapacidad.
La galerí­a se inauguró con el bautismo de fuego de Proyecto Uní­sono, que integra a Andrea Gómez, Cecilia Fonzalida. Irene Mancino, Montserrat Bassols, Noelia Álvarez, Silvana Pase y Virginia Membrives, un grupo joven, entusiasta, esperanzado y esperanzador. Una obra diversa, heterogénea que busca el diálogo con el público.
Otro interesante proyecto fue "Raritos Libritos" que se desarrolló en el MMAM, en el marco de la Feria del Libro: una amplia, plural y bien organizada muestra de libros de artistas. El proyecto de Mariela González, incluyó una convocatoria y una selección mediante jurado, además de artistas invitados. Estoy de acuerdo con Silvia Garavaglia que fue realmente dinámica, divertida y reflexiva, y que desacartonó la experiencia de museo, ya que se podí­a tocar, moverse e interactuar. Además se brindó la posibilidad pedagógica de unos interesantes textos crí­ticos, charlas sobre la historia y posibilidades del libro de artista, y de los autores con el público.
Entre las cosas que entusiasman es la participación de 130 artistas mendocinos, con Sergio Rosas encabezando la movida, para participar en la Bienal del Fin del Mundo, sumándose en el Proyecto AVVRAS. Y es que la conciencia ecológica es movilizadora cuando se vive en un oasis en medio del desierto, cuando se tiene la experiencia de la deforestación de los bosques Teltecas, cuando una inmensa laguna es ahora un páramo resquebrajado. De esta manera se unirán a la gran bandera de Wilpala que flameará en los confines.
Y así­ desde este lugar de intérprete he tratado de aproximarme y registrar, con poderosos y titánicos esfuerzos, una sugerencia de lectura posible.