Marta Loza y Amalia Montangero se encontraron en el taller de Heriberto Zorrilla, donde se empaparton del movimiento esencialista. En esta oportunidad, presentan juntas sus trabajos en la Galerí­a Buenos Aires ROU.
Como mujer insertada en la vida cultural de la ciudad, Marta Loza a través de su quehacer plástico ha estado siempre rodeada de colegas y amigos que vienen acompañando su trayectoria. Su formación en los talleres de Araceli Vázquez Málaga, Aní­bal Carreño y Miguel Caride le ha permitido descubrir una habilidad técnica que ha vivido con sensibilidad. Marta disfruta con el acto de pintar. Sus cuadros están unidos por un tratamiento delicado del color que aplica tanto agrupando pinceladas por zonas, como a través de una materia diluida que apenas tiñe la tela. Un ojo atento descubrirá prontas referencias a la naturaleza, ya que el proceso del color trabajado con variedades tonales azules y verdes, orientan la mirada hacia esa visión panorámica. Por otra parte, la inclusión de lí­neas netas en sentido vertical y oblicuo, contienen una penetración sensible de la imagen y provocan también una posible interpretación desde la razón. Estas lí­neas gráciles y ligeras rediseñan la estructura compositiva proponiendo también el abordaje con cualidad de paisaje interior. Los pliegues dejan de lado la referencia exterior y la imagen se internaliza.
Amalia Montangero se formó en las técnicas del automatismo con Jorge Kleiman y Ví­ctor Chab. Su pintura que es fuertemente intuitiva nace por la aplicación de estos procedimientos generadores de imágenes reconocidas desde el impulso vital. Los tí­tulos de sus composiciones guí­an al contemplador ante la indefinición de la imagen. Algunos con referencias internas como "Realidad Imaginada" o externas tales como "Calma en el puerto" o "Soltando amarras", son la llave que permiten el acercamiento a la búsqueda compositiva de su autora.
Marta Loza y Amalia Montangero ofrecen en el espacio de la Galerí­a ROU dos visiones complementarias surgidas de una misma concepción interpretativa para el espacio pictórico.

Hasta el 11 de noviembre en Buenos Aires RO, Arenales 960.