La gente se arregla todos los dí­as el cabello, ¿por qué no el corazón?", dice un antiguo proverbio chino. Como inspiración o desafí­o, esta reflexión palpitó entre 200 artistas que trabajaron en la intervención de grandes corazones de fibra de vidrio, en el espacio de un mega taller montado el pabellón Frers de la Rural, del 31 de agosto al 13 de septiembre. En un aporte solidario a la Fundación Favaloro, esta experiencia denominada "Corazones vivos" brindó al público la posibilidad de asomarse a al intimidad del proceso creativo de los artistas.
Rogelio Polesello, Clorindo Testa, Martiniano Arce, Marta Minují­n, Edgardo Jiménez y Gyula Kosice fueron algunos de los maestros que participaron en este acontecimiento artí­stico y solidario.
Imágenes de pelí­culas, fragmentos de cartas, billetes, piedritas de colores, retazos de tela, cintas de colores fueron algunos de los elementos utilizados para intervenir los corazones. Y los motivos fueron igual de variadí­simos. Mario Otero, por ejemplo pintó una vaca celeste retozando en un magní­fico sillón de césped que ocupaba la cara frontal del corazón con la idea de "provocar una sonrisa en el espectador". Belén Lagar pensó su corazón como un laberinto y Martí­n Vega, como un reloj.
El destino final de todos estos corazones será formar parte de "Buenos Aires late", una muestra de arte urbano a cielo abierto, que se realizará en la plaza San Martí­n y en varias esquinas céntricas de la ciudad del 5 de octubre al 17 de diciembre.