En muy pocos años, las fotografí­as de Jorge Miño han despertado gran interés en el público y la crí­tica locales. Tras su primera muestra individual en la Fotogalerí­a del Rojas hace apenas dos años, y su participación en el Premio arteBA Petrobras el año pasado, la obra de este joven artista no deja de llamar la atención, tanto que ya se encuentra en la colección del Museo de Arte Moderno y en destacadas colecciones privadas.
Las imágenes muestran aviones estacionados en un aeropuerto vací­o, completamente sombrí­o, a pesar de las claras evidencias que sugieren que se trata de fotografí­as diurnas. La extrema reducción de los contrastes, que pone a los objetos retratados en la difí­cil tarea de tener que abrirse paso dosificando sutiles tonos de gris, genera una atmósfera casi metafí­sica, donde la quietud y el silencio transfiguran la escena cotidiana.