Recorrer la muestra de Therry Despont en la Sala Cronopios es una experiencia similar a transportarnos al espacio. Dejar este mundo en el que todo parece girar alrededor nuestro y flotar en un universo inmenso, silencioso y majestuoso, para tomar conciencia de nuestra verdadera dimensión: un ser finito rodeado por un universo infinito. Es dejar atrás las voces de este mundo y permitirnos ser invadidos por el silencio imponente de siglos de eternidad. Es olvidarnos del horizonte de nuestra tierra para explorar el vací­o inalcanzable, poblado de otras tierras.
A medida que recorremos la muestra perdemos todos los puntos de referencia conocidos por nuestros sentidos y nos convertimos en parte misma de este universo creado por el artista dónde, curiosamente, no nos presenta una visión panorámica de su universo, sino que cada una de sus obras es un planeta, un mundo particular. Un mundo con caracterí­sticas propias, con una energí­a y una fuerza matérica que emerge irreverente en cada una de sus erupciones. La muestra, reúne 32 obras de enormes dimensiones que nos presentan un primer plano de planetas, en los que afloran los tesoros de las entrañas de la tierra -metales, herrumbre, petróleo- y que le imprimen a la obra una fuerza que la hace estallar y cobrar vida.
Mirando en perspectiva su carrera, esta obra quizás nos sugiera que, más allá de la inmensidad del universo, lo esencial está en cada una de sus partes. Detengámonos, silenciémonos y descubramos aquello que vive en cada uno de estos planetas que no es otra cosa que decirnos: prestémonos atención a cada uno de los que vivimos en éste nuestro universo: nosotros, los seres humanos.

Perfil

Arquitecto, diseñador y artista plástico francés. Tuvo a su cargo restauraciones de museos y edificios históricos como el Museo Getty de Los Angeles, la residencia de la familia Frick en Pittsburg, el Hotel Claridge de Londres y la Estatua de la Libertad en Nueva York. Sus obras forman parte de importantes colecciones públicas y privadas en Estados Unidos y Europa. La muestra, curada por Alina Tortosa, es su primera exposición en Argentina.

Hasta el 21 de mayo, Sala Cronopios CC Recoleta, Juní­n 1930.