Soñar, esta es la primera instrucción de Yoko Ono antes incluso, de trasponer las puertas de Malba, lugar donde se exhibe la muestra individual de esta reconocida artista internacional cuya coherencia se sostiene desde los años 60 hasta la actualidad.

Yoko Ono es artista experimental y de vanguardia asociada al arte conceptual, la performance, el Grupo Fluxux y los happenings de los años 60. Desde sus inicios rompe las fronteras de las distintas disciplinas e invita al espectador a participar activamente.

A pesar de no haber podido asistir a la inauguración, el espíritu de Yoko Ono está presente de distintas maneras en la muestra.

YO nació en Tokio en 1933 y, desde muy chica ocupó un lugar llamativo para su época. Contó con el apoyo de sus padres para entrar en el riguroso sistema educativo japonés. Decidida a estudiar filosofía y música, fue la única mujer aceptada en una escuela de elite para hombres, en la que fue compañera del hijo del emperador. Dos años mas tarde se trasladó a Nueva York donde se licenció en poesía y composición contemporáneas en el Sarah Lawrence College. Su visión crítica y poética la llevó a interactuar con artistas de la vanguardia musical y literaria como John Cage, Benjamin Patterson, Robert Filliou y George Maciunas,líder de Fluxus, grupo del que también participa.

En 1964, publicó Pomelo –Grapefruit-, su mítico libro de instrucciones y columna vertebral de su creatividad. A través de ellas, con lenguaje simple, Ono invita al público a participar del proceso creativo, cuestionando el concepto del arte, reduciéndolo a una idea e introduce la idea de la desacralización del objeto-arte tomando, desde un principio, distancia del mercado.

En 1966 conoce a John Lennon con quien se casa. Juntos producen, films, piezas musicales y performances. La mas recordada es, sin  dudas, la de su luna de miel dedicada a la paz, en marzo de 1969, cuando después de su boda en Gibraltar, John y Yoko viajaron a Amsterdam. En ese entonces, la guerra de Vietnam estaba en su apogeo y Nixon había mandado tropas a Laos y Camboya. La pareja anunció que su manera de protestar sin violencia sería... quedándose en cama. Y así lo hicieron durante una semana. 

La muestra en las salas del Malba comienza con “Pintura del techo, pintura del si”, gracias a la cual se conocieron Yoko y John. El famoso Beatle estaba visitando la exhibición de “una artista de vanguardia” cuando se sintió atraído por una escalera que llevaba a un catalejo y al mirar por él, descubrió la palabra "Yes". Ver ese letrero inspiró a Lennon a seguir caminando por la galería, donde encontró a Yoko. Nunca mas se separarían.

En Malba, por decisión de la artista, todas las instrucciones pueden leerse en español. Varias de las obras se completan con la acción del público “Añade color” es una pintura participativa que finalizará con la pincelada del último visitante en el mes de octubre.

Sus instrucciones no son poemas si bien se asocian a partituras musicales. Son obras visuales que se caracterizan por su condición efímera. Y todas tienen la particularidad de “apartarnos del mundo” y hacernos reconocer nuestro propio centro. Una de sus primeras piezas: Pieza de encender, de otoño de 1955 “Enciende un fósforo y observa hasta que se consuma”, mas tarde se convirtió en film y, en 1962 realizó la acción frente al público, en el escenario del Sogetsu Art Center.

Si bien los las narrativas que YO crea son universales, cada reconstrucción refleja situaciones locales. Así es como  “Mi mami es hermosa” de 1997, que insta a escribir un mensaje a las madres definirá, a través de los textos que el público deja, nuestra propia idiosincrasia.

En “Estado Agua” un importante grupo de artistas latinoamericanos colaboraron con Ono en la realización de este proyecto. El agua es un motivo recurrente en la obra de Yoko Ono, y provee muchas capas metafóricas: el agua es el componente principal del cuerpo humano. La filosofía budista compara la vida humana con el agua y el cuerpo humano con un recipiente. En 1971, Ono invitó por primera vez a un conjunto de artistas a participar enEvento agua, que tuvo lugar en el Museo Everson de Siracusa (Nueva York) y desde entonces ha repetido la acción en diferentes muestras.

En el marco de Dream Come True, Ono convocó a un grupo de doce artistas latinoamericanos, seis mujeres y seis hombres –Liliana Porter, Hernán Marina, Ana Gallardo, Amalia Pica, Rosângela Rennó, Runo Lagomarsino, Alexander Apóstol, Alfredo Jaar, Tania Bruguera, Teresa Margolles, Tercerunquinto, Antonio Caro– con la consigna de que produzcan una obra-recipiente capaz de “llevarles agua” a las personas, ya sea para sanar su mente o para reconocer su valentía para manifestarse.

La noción de una acción destructiva aparece en muchas de sus obras después de los 80, pero siempre seguida de un sentimiento de esperanza. En la pieza "Recomponer" dos enormes mesas con tazas y platos de loza blanca deberán ser reparados por el público mientras sueñan como sanar el mundo. Para la cultura oriental un objeto original reparado tiene mayor valor justamente por sus cicatrices.

La instalación “Escalera para ver el cielo”, se realiza en Malba por tercera vez –antes fue en el MoMa y luego en Copenhague- y exigió una complicada ingeniería agujerear el techo del museo para alcanzar el cielo.

YO trasciende el ámbito de las artes visuales por su compromiso ético con el hombre y el mundo que lo rodea y amplifica el alcance de una obra con un fuerte compromiso social y político, a partir de su militancia a favor de movimientos como el feminismo, el pacifismo y el ecologismo. 

“Resurgiendo” es un movilizador proyecto dirigido a las mujeres sometidas a violencia de género que comenzó un mes antes de la muestra y que finalizará el último día de la misma. Ono invita a enviar por mail una foto de su mirada con una frase a modo de catarsis y sanación venciendo el miedo. Todas las cartas están en el sitio del Malba, se exhiben de manera rotativa y, finalmente, serán parte de un libro. Es imposible asistir a estos relatos en primera persona sin conmoverse profundamente.

La obra de YO conjuga la cultura oriental y occidental, su mensaje zen siempre es espiritual y trasmite la certeza de que existe un mundo mejor, “si lo deseamos lo suficiente”.

Nuestra recomendación: Sigue todas sus instrucciones y, tal como lo sugiere Yoko Ono “saldrás de esta exposición transformado”.