Nota publicada online

martes 12 de junio, 2012
Toda fuerza contiene su opuesto
Sobre Aire de Lyon: Una belleza terrible ha nacido
por Guadalupe Chirotarrab
Toda fuerza contiene su opuesto
   
   
   
   
   

Cuando el mundo entero reconoce la belleza de lo bello,
entonces lo feo existe
Cuando todos comprenden la bondad de lo bueno,
entonces existe lo malo.
El ser y el no ser uno al otro se generan,
lo difícil a lo fácil complementa,
lo largo a lo corto forja,
lo alto diferencia a lo bajo,
sonido y tono entre si armonizan,
antes y después se distinguen mutuamente.
Por ello el sabio permanece en el no actuar
y desarrolla enseñanzas sin conceptos,
al nacer de las cosas no se opone
ni del vivir se apropia:
su obrar de ellas no depende.
Las obras realizadas no reclama,
mas porque no las reclama,
es siempre suya su pertinencia.
 
Tao Te Ching, El cultivo de sí mismo

El ejercicio curatorial puede verse como una forma de práctica artística por ser capaz de despertar relaciones estéticas, espirituales, textuales, políticas y sociales con recursos propios del arte y la poesía. Victoria Noorthoorn, curadora de la 11ª Bienal de Lyon, planteó en su propuesta interrogantes que expanden la mirada sobre el origen –en términos de esencia y constitución–de la producción artística, y su necesidad para la condición humana.

Algunas cuestiones de este abordaje fueron reformuladas en Aire de Lyon, exhibición conformada por obras inéditas y readaptadas de 35 de los 78 artistas que integraron la versión francesa, que puede recorrerse en Fundación Proa hasta el mes de junio.

En la introducción del texto curatorial de la bienal, Noorthoorn escribe: “he optado por proceder como proceden los artistas: avanzar en medio de una oscuridad que puede o no iluminarse a medida que la atravieso” y lo hizo en sintonía con la perplejidad que generan varias de las obras que conformaron el proyecto.

“Una terrible belleza ha nacido”, frase de W. B. Yeats que dio nombre a la bienal, sugiere una contradicción ineludible que pareciera decirnos que el mundo sólo puede emanciparse asumiendo que toda fuerza contiene su opuesto. En Aire de Lyon, la belleza se aborda a partir de formas complejas capaces de atravesar la incertidumbre del presente: lo bello aparece en íntima relación con el horror, el absurdo y el humor.

La poesía de Augusto de Campos instalada como unstatementabierto y omnipresente en cada espacio de la muestra, el horror en los exquisitos dibujos de Marlene Dumas, lo siniestro tanto en la obra de Michel Huisman como en la instalación de Eduardo Basualdo, y el humor punzante que surge del video de José Alejandro Restrepo yLa bruja 1de Cildo Meireles despiertan inquietudes que se presentan de las formas más atractivas: no sólo dan ganas de mirar, sino de entrar, tocar, pisar, leer, escuchar...

“¿Cuál es el poder de transformación del arte? ¿Es la utopía aún posible? ¿Cuál es su relevancia en la actualidad?” son algunas de las preguntas que Noorthoorn realiza para contextualizar su relato y desde allí opera como lo hace un artista. Comparte sus convicciones desde el cuestionamiento, para asumir la conciencia de que hay algo más, lo innombrable y que sólo puede vislumbrarse a través de la experiencia del arte. En cierto punto ya no se reconocen belleza ni fealdad, horror ni maravilla sino más bien su integración. Lo real y lo posible se muestran a través de la imaginación y se hacen presentes en la instalación como dispositivo que predomina en los heterogéneos espacios que constituyen la muestra. Noorthoorn actúa deliberadamente desde este medio, no sólo por haber incluido varias instalaciones en sí mismas, sino por producir situaciones de montaje en las que parecen no diferenciarse las autorías de las obras que las integran. Esta operación se presenta como un recurso eficiente para materializar las problemáticas planteadas en su discurso. 

En “La topología del arte contemporáneo”, Boris Groys decía que “Ser en el espacio es la mejor definición de ser material. La instalación revela precisamente la materialidad de la civilización en la que vivimos, porque instala todo aquello que nuestra civilización simplemente hace circular. De ahí que la instalación demuestre el soporte material de la civilización que de otra manera pasaría inadvertido detrás de la superficie de la circulación de imágenes mediáticas.”

Aire de Lyon surge de una práctica curatorial que apela a la idea de integración, nos invita a estar presentes, concientes de las contradicciones y abrir en nuestra imaginación los infinitos canales de lo posible. 

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