Nota publicada online

miércoles 30 de mayo, 2018
Susana Rodríguez en el Sivori
Conversación en torno a su muestra
por Por Pilar Altilio
Susana Rodríguez en el Sivori

Con motivo de su interesante muestra del Museo Sívori, conversamos con esta artista singular acerca de su obra, su forma de producir, sus retos a lo largo de una carrera nacional e internacional donde destaca por sus dibujos, sus esculturas y sus pinturas.

Siempre me desafiaron los retos, cuenta Susana, y en esta exhibición, Escrituras compuesta por alrededor de 40 obras –dibujos, pinturas, esculturas y documentos– realizadas entre 1977 y 1984 con curaduría de Teresa Riccardi, directora del Museo Sívori, se perciben algunas claves de su trabajo.

Es un hecho que se están escribiendo más historias, sumando importantes aportes a la clásica revisión de esas décadas, contextualizando un tiempo donde eros y tánatos campearon una escena regional donde la palabra era censurada, el cuerpo disciplinado, pero también sometido con crueldad. Cuando fueron expuestas algunas de sus series anteriormente, se le preguntaba sobre el factor femenino que puede destapar en la sensualidad, en la inteligencia, en la sensibilidad o en la lucha, y Susana Rodríguez respondía con esa misma sinceridad como ahora: “efectivamente hay algo muy secreto, que se filtró a través del lápiz, algo sencillamente femenino”. Que su muestra haya coincidido con la de Marta Minujín, abordando la complejidad del erotismo desde la mirada femenina demuestra que, en las artistas de los años 60, 70 y 80, no había temas inabordables sino al contrario, que son mujeres capaces de tratar el cuerpo desde un lugar donde todo pasa.

Escrituras 1977-1984. Vista de sala

Cuando se recorren las salas del Museo Sívori, se percibe una diversidad que describe una artista que ama el dibujo, la línea, con su capacidad de describir un elemento. “Amo el papel” me expresa, y agrega: “el dibujo siempre me fascinó, pero el papel es lo que más amo, necesito buscarlos, tocarlos, es una relación especial.” También revela otro componente sustancial en su trabajo, las técnicas mixtas y compara: “uso mucho la técnica mixta, porque me parece que así funciona la vida misma. La obra es un poco más misteriosa pues no se reconoce fácilmente cómo está armada.”

El suyo es un dibujo con evidencia de oficio, que sigue los lineamientos del fragmento, tan influyente como dispositivo en la época. Las llama directamente escrituras. Cuenta que “en su momento sentí que las palabras no eran suficientes, que era muy difícil la comunicación. Empecé a pensar en hacer un lenguaje con dibujos. Por qué no leer una historia con mis dibujos, pensé. Y siempre tuve presente los renglones, pues en la escritura son condición indispensable. Una disposición que, aunque sea invisible, es percibida como un vacío, un espacio que los ubica en su regularidad.”

Escrituras 1977-1984.Vista de sala

Me confía que valora el trabajo de la curadora pues considera que “la muestra es muy inteligente e interesante. Cuando seleccionamos obras, aparecieron las que yo llamaba mujeres sin cabeza, compuestas de unas piernas con unos ropajes que eran orgánicos, esos ropajes se convirtieron en escrituras, en signos. Las primeras del 77, 78 son más automáticas, mas expresionistas y rápidas, luego tienen otro contexto de producción, otra forma, ya que del 81 al 83 estuve en México y luego hay una tercera que ya no es tan erótica, que tiene color.” Cuando refiere a las obras del 83-84, representadas por estas mujeres en cuadrículas que tienen un disparador interesante: “la idea de poner en zoom esos segmentos surgió a partir de una foto donde una mujer era vestida y desvestida por un hombre. La imagen de esa mujer desnuda, la idea de desconexión con el acto del otro, pero también la tortura, las vendas, justo en la recuperación de la democracia, creo contiene ese germen de la represión, de las heridas, de armaduras.”

Escrituras 1977-1984

Riccardi en su texto analiza con agudeza que “las Escrituras ponen en evidencia la necesidad de crear un código nuevo, en plena tensión entre lo oculto y lo manifiesto. Así, la artista concibe una escritura plástica secreta, un conjunto de significantes formales cuyo principal sentido será el misterio: un diálogo constante entre presencias y ausencias.”

Hacemos especial mención a los rollos, una obra que presentó la Galeria Henrique Faria dentro de la última edición de arteBA. Comenta que el uso del papel sin marco para ella “es la libertad, tiene esos contenidos de poco margen, el rollo va hasta los bordes” y que en el momento que aparecen los mostraba apenas extendidos en el piso con la intención de que no puedas ver todo “algo se oculta y tiene un misterio, era una idea de atrapar algo que no tienen otros proyectos.”

Hacia el final de una larga conversación, SR confía: “mi obra va creándose desde adentro, surge espontáneamente, buscando su propio camino.”

Escrituras 1977-1984

Susana Rodríguez. Escrituras 1977-1984

Curadora Teresa Riccardi

Museo Sívori

Del 25 de abril al 17 de junio de 2018

Av. Infanta Isabel 555 / Parque Tres de Febrero

Martes a viernes de 12 a 20 hs.

Sábados, domingos y feriados de 10 a 20 hs.

Hay actividades programadas para consultar e inscribirse:

4772-5628 / Mail: mailto:capacitacion_museosivori@buenosaires.gob.ar

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