Nota publicada online

martes 11 de agosto, 2020
Rubén Betbeder
"La energía del planeta está cambiando y nosotros deberemos hacerlo en sintonía con él."
Rubén Betbeder

Rubén Betbeder desde el 2013 se desempeña como Director Ejecutivo del Museo de la Cárcova, de la Universidad Nacional de las Artes. Además fue Director de Artes Visuales y Director del Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Petorutti, de la Ciudad de la Plata. Perteneciente al Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires. Desde 2008 al 2010 fue Asesor de Presidencia del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires.

Se ha desempeñado como Jurado en numerosos salones nacionales y provinciales de pintura, grabado, escultura y fotografía y como Curador en diversos proyectos y muestras, que han recorrido varias Provincias Argentinas. Gestor,  marchand y propietario de la Galería de Arte “Betbeder Espacio de Arte” en la ciudad de Tandil. Entre 1999 y 2004 fue Director de Cultura de la Municipalidad de Tandil, Provincia de Buenos Aires.

Desde Arte Online lo convocamos para escuchar sus estrategias frente a este momento tan particular que vivimos.

Desde tu gestión ¿Qué estrategias estás pensando para adelante para el museo? -Cómo mantener el nexo con la comunidad y los artistas-  

- Evidentemente nuestra forma de vida, tal como la conocíamos antes, cambió, y ese cambio seguramente llegó para quedarse. Porque la pandemia actuó a modo de catalizador, visibilizó los aspectos más vulnerables de nuestra civilización, y esta coyuntura que se filtró por el lado sanitario culminó implicando todos los demás planos, incluido el cultural. Esto implica un cambio de paradigmas. Frente a este contexto el museo aceleró y priorizó la migración hacia una modalidad online. Digo “aceleró” porque si bien es una tarea que ya veníamos desarrollando, la irrupción del Covid y la consiguiente cuarentena nos obligó a intensificar nuestros esfuerzos en esa dirección, a fin de poder mantener lo más valioso que poseemos: el vínculo con la comunidad y con los artistas. Con ese objetivo, hemos realizado en primer lugar una labor puertas adentro implicando a todo el personal del museo en un proceso de repensarnos, por medio de una serie de encuentros y capacitaciones. Y puertas afuera, hemos diseñado e implementado un programa de comunicación que ofrece a la comunidad una diversidad de propuestas online, desde nuestras redes, nuestra web y también desde la plataforma Las Artes Conectan. Plataforma de la UNA. Universidad Nacional de las Artes.Se prevé que estas propuestas, en diversos formatos, (como videos con historias de nuestra colección,  tutoriales cortos de actividades, conversatorios en vivo con artistas y gestores culturales de destacada trayectoria, curadores y curadoras, implementadas durante la Aspo, continuarán después de la reapertura del museo, complementando las actividades presenciales.

¿Cómo crees que se debería mantener “visible” al Museo?

- Durante todo este período el museo ha dicho presente mediante las herramientas virtuales, la virtualidad es nuestra gran aliada, y eso no debemos perderlo de vista. Por eso diseñamos continuamente contenidos que subimos a las redes, al Facebook, al instagram, a nuestro canal de IGTV, a nuestra web. Son canales de comunicación que utilizamos para acompañar a la comunidad y seguir dialogando con ella.

¿Qué cambios crees que se vienen para cuando podamos re-inventar nuevas formas de encontrarnos?

- Es complejo predecir con precisión cómo será la “nueva normalidad”. Pero algo es indudable: los paradigmas ya han cambiado, seguirán cambiando, y esos cambios llegan para quedarse. Cuando hablamos específicamente de museos, estamos hablando de instituciones cuya razón de ser es, por excelencia, el diálogo. Entonces, la dimensión comunicativa cobra una vital importancia.  Por eso considero que desde nuestra especificidad, nuestro principal desafío y tarea por delante va a ser justamente la de resignificar el concepto de comunicación, el concepto de encuentro. Claramente para un visitante que entra al museo no es lo mismo ser recibido por un educador o por un guardián de sala con barbijo o parapetado tras un panel de acrílico y deberemos trabajar para paliar el efecto de distancia que las medidas de protocolo sanitario puedan ocasionar. Eso implica pensar creativamente y diseñar estrategias que apunten a crear cercanía aún en el contexto protocolar. En ese sentido, creo que puede ayudarnos y mucho, orientar todas nuestras planificaciones y acciones desde la perspectiva de la accesibilidad. Las personas y las instituciones que vienen trabajando con y desde la accesibilidad van a contar con muchas herramientas para sortear este desafío. Si bien ya se venía hablando de inclusión e integración, creo que ahora cada vez está más claro que la manera más asertiva de pensar y elaborar los encuentros, es la accesibilidad. 

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