La convocatoria a este premio se realiza por exclusiva invitación. Jorge Tapia, presidente de la Fundación Alberto J.Trabucco destaca, en el prólogo del catálogo de la muestra, que “los artistas aquí elegidos, son los más caracterizados referentes por sus cualidades, trayectoria y antecedentes”.
Por cada artista hay tres trabajos, de lo cual resulta un conjunto para aventurarse en diversos planteos artísticos de gran calidad.
El premio de Pintura fue para María Silvia Corcuera Terán y su obra "Mar de llanto", realizada en masilla epoxi y acrílico sobre madera. En ella, las formas, el color y la textura conforman una imagen de gran sensibilidad artística y simbolismo, lo cual caracteriza su poética.
En la disciplina Dibujo, el primer premio correspondió a Mónica Millán y su trabajo “El río bord (e) ado”, en lápiz sobre papel. El singular trazo de esta artista, que deviene un delicado bordado sobre el papel, remite en sus obras a formas de la naturaleza, vegetales y animales.
En pintura se exhiben, además, los coloridos collages de Mariano Cornejo; las poéticas imágenes de Alfredo Prior; los paisajes de Juan Andrés Videla semejantes a fotografías; los elegantes follajes de Carlos Arnaiz; la yuxtaposición de escenas de Jorge Pietra; y las figuras horizontales como reflejos de Giancarlo Puppo.
En dibujo también se presentan las figuras de sintética línea de Inés Bancalari; las imágenes fantásticas de Ladislao Kelity; los intermitentes paisajes de Elena Nieves; los esqueletos sobre fondos negros de Fabián Attila; las meticulosas tramas caligráficas de Marcelo Boullosa; y las enigmáticas figuras humanas de Inés Vega.
Alberto Trabucco fue un artista que donó todos sus bienes a la Academia Nacional de Bellas Artes, al fallecer en 1990, para que se creara una fundación a favor del arte argentino. En 1993, el Premio Trabucco sucedió al tradicional premio Palanza que otorgaba la Academia Nacional de Bellas Artes desde 1946.