La artista sevillana Pilar Albarración expone por primera vez en la Argentina en el marco de un programa que ha establecido el museo Macba para este año con el título: Ellas. Política. Ficción. Creación. Albarracín pertenece a la tribu de artistas contemporáneos globales que hablan de su aldea pero son universales, es representada por galerías de prestigio y está presente en circuitos curatoriales de envergadura. La exhibición cuenta con el apoyo de la Embajada de España en Buenos Aires y el CCEBA, son videos y fotografías de sus obras más conocidas.

En el pasillo ascendente nos recibe la fotografía de una mujer torera con una olla en la mano, es la misma Pilar que posa como suelen hacerlo los toreros, que es, indiscutiblemente, un oficio de hombres. Este es el tenor de sus obras, ella pone el cuerpo en una serie de acciones que tienen que ver con la identidad española al que el franquismo simplificó y tomó prestado de lo andaluz: el torero, el cante, la bailaora, la tortilla y el jamón por ejemplo. Asi, siendo una sola mujer personifica a varias con un tono a veces entre paródico y mordaz y otras, trágico y violento. La fotografía de la mujer vestida con el típico vestido a lunares que está en la cama fumando junto a una gran cabeza de toro con cuernos es, además de impactante, un gran interrogante, una imagen desestabilizadora, unos puntos suspensivos. 

Los videos exhibidos son registros de perfomances: “Viva España”  que le da el título a la exposición, “Bailaré sobre tu tumba”, “Prohibido el cante” y “Lunares” y en todos hay algo de catársis, de rito pagano. De los bailarines sólo vemos las botas negras del hombre y los zapatos rojos de la mujer que insistentemente marcan su propio ritmo en una danza sin cuartel invirtiendo los roles; los lunares rojo sobre el vestido blanco son los de la sangre que surge de la propia artista al pincharse que simbolizan mucho más de lo que muestran; el cante que es un grito popular, un llanto desgarrado finaliza con el corazón expuesto en una imagen literal. En “Viva España” una mujer vestida de amarillo con cartera en mano es perseguida por el centro de Madrid por una banda de instrumentos de vientos que tocan justamente, el paso doble Que viva España. En ocasiones no sabemos si reír o angustiarnos, esa es la clave de su obra. Y la reflexión no moralista de una artista que articula lo privado en lo público, lo político con lo doméstico, lo femenino en un mundo que se creía de hombres. Los clichés son revisitados desde la óptica de esta mujer que se trasviste y logra ser todas en una.