Nota publicada online

viernes 15 de octubre, 2021
Material de rescate de Ginevra Landini
Materialidades danzantes en Ungallery
por Leila Tschopp
Instalacion
Instalacion

Ultimo día para visitar la primera muestra Individual de esta joven y prometedora artista en Ungallery.

El cuerpo es material. Es denso. Es impenetrable.

Un cuerpo no está vacío. Está lleno de otros cuerpos. También está lleno de sí mismo: es todo lo que es.

Un cuerpo es inmaterial. Es un dibujo, es un contorno, es una idea.

Jean Luc Nancy

 

Now, body, body, bodies, bodies, what is…

Wale

Siempre en fuga, escapando, ajeno y propio, interior y expuesto, el cuerpo es un material problemático e inestable. Materia extendida, materia pensante. Envoltura y cosa envuelta; unidad y resto. Rastro evanescente, liviano, incorpóreo.  

Nos preguntamos qué puede y qué sabe nuestro cuerpo, qué razones tiene, qué señales deja, mientras intentamos atender al ritmo de su materia, responder a su peso y a su fuerza gravitatoria.

La obra de arte es también un cuerpo problemático; una materia distante y próxima que hay que desenvolver. Un borde; una zona de contacto y de vibraciones; un hacer memorioso que instaura su punto de vista, su modo de ser, a partir de y entre las huellas de su trazado (una telaraña que por momentos se vuelve invisible).

Ginevra Landini despliega en sus pinturas una dinámica de la impresión que va transcribiendo, conociendo táctilmente y recogiendo los rastros de cuerpos diversos, el suyo, el de la tela, el de otros. Hace aparecer sus trazos sutiles, por momentos casi imperceptibles, bajo distintas formas: telas sin preparar que cuelgan planas desde el techo; telas tensadas sobre la pared; acuarelas sobre papel; telas endurecidas que se suspenden, contorsionándose en el espacio. Resultan, en todos los casos, de un trabajo con el contacto: una tela sobre otra tela, una tela sobre un cuerpo, la piel sobre el pasto, la tinta sobre la piel, sobre el papel, sobre el lienzo. El cuerpo humano esculpiendo el frágil cuerpo de la obra y viceversa.

Las pinturas que construye en este proceso son imágenes dinámicas, en el sentido de que permanecen abiertas y se sitúan entre la acción y el resultado. Son al mismo tiempo, paradójicamente, soporte y herramienta, anverso y reverso, volumen y espacio vacío, cáscara traslúcida y piel resistente. “La acción de pintar, dice Ginevra, comienza en la preparación de la tela y el modelado de sus formas, y continúa en el diálogo entre mancha y volumen. La pintura que no se impregna a la tela no es excluida de la obra; es incorporada a un lienzo que recoge las huellas de la acción y se presenta como una pieza independiente que acompaña a la tela modelada. Texturas y tonalidades aparecen como pregunta y respuesta a un próximo paso; mi cuerpo responde a lo que la obra exige, enfatizando el acto de la pintura.”

La pintura entendida de este modo es un material de excavación y la forma que sale de ese acto se convierte simultáneamente en materia y en substrato. Como si nuestros ojos fueran capaces de hacerse mano y acariciar las superficies, las pieles, y también lo que está adentro, escondido o en potencia. Las obras mismas son, finalmente, huella: vestigios de los cuerpos leídos y copiados ciegamente; imágenes producidas por el acto inmersivo e invisible de tocar.

Ginevra Landini

Notas más leídas