Nota publicada online
Con curaduría de Carla Barbero,la artista Mariela Vita presenta “GEJIGEJI” en galería Del Infinito. Tras una prolongada estadía en Japón la artista retornó a Buenos Aires con una propuesta juvenil y lúdica, una instalación site specific que redefine la vitalidad a través de la creación de un ecosistema propio.
El color, la textura y el juego de escalas que involucra al espectador y su entorno son la puerta de entrada sensible a un nuevo mundo de Mariela Vita. Aquel habitado por el gejigeji, también conocido como ciempiés doméstico japonés. Mientras dicha criatura se escabulle trepando por la pared de la galería, los visitantes son recibidos por una pileta rellena de telgopor, monedas doradas que descienden del cielorraso y una serie de familiares frutas llevadas a sus máximas dimensiones. Una escalera marca el camino, rompiendo con el estatismo de la escena. Se trata de un universo virtual traído a la realidad perceptible.
A partir de la adopción de la estética kawaii, Vita hace uso de la ternura y la inocencia como herramientas para disimular lo aparente y acercar aquello que nos es lejano. Es una traducción de la cultura visual japonesa a su mínimo común denominador, un código digerible para los ojos del público. Concebido a través del intercambio que conlleva toda travesía alrededor del globo, la artista asume su propia transformación mediante el montaje de un nuevo hábitat que lleva la marca de su propio estilo sintético y modernista llevado al límite.
No es una historia del todo nueva, siglos de intercambios culturales nos preceden. Al igual que obras de arte que han documentado hazañas y hallazgos de travesías a rincones perdidos del mapa. Desde pinturas de bodegones con novedosos frutos, hasta retratos de embajadores y grandilocuentes efigies de ilustres conquistadores, pasando por estampas y grabados que difundieron nuevos imaginarios, la transformación de la mirada es una historia en sí misma. En la contemporaneidad el viaje y la novedad que conlleva han devenido valores. Viajar es ya una meta de por sí para muchos y parte del día a día para otros. La globalización es un hecho ineludible cuyas consecuencias resuenan en la producción visual, ampliando la gama de aquello que consideramos corriente.
Las fotos y videos que la propia artista comparte en su cuenta de Instagram otorgan al público la posibilidad de acceder directamente a los instantes primigenios de gestación del proyecto. El mismo es el resultado de un esfuerzo colaborativo entre la artista, la curadora y la propia galería, que comenzaron a idear y desarrollar el proyecto a la distancia. La muestra conforma un puente, tanto entre naciones e individuos, como entre momentos de la historia personal y artística de Vita, que ha sabido transpolar las figuras de sus delicados dibujos al espacio de manera exitosa. Su frecuente retorno a la investigación del espacio a partir de la intervención en el mismo, ya presente en Un lugar a donde ir (Galería NN, 2022) y Cuarto paso en diagonal (Centro Cultural Recoleta, 2022), al igual que en la última edición del Premio Braque en La luna en la hamaca (MUNTREF, 2023), se reitera en esta oportunidad con una renovada paleta de colores.
El vínculo entre mundos de diferentes dimensiones lleva en la obra de Mariela Vita a la realización de que aquello que consideramos superfluo e insignificante, es en realidad una oportunidad para pensar lo impensable y asumir la posibilidad de otros mundos y otras formas de vida. En la obsesión con humanizar objetos inanimados y concebir a lo vital desde la sustancia inmóvil, yace la convicción de que la empatía y la vida prevalecen incluso en el más sintético e infértil de los mundos.