Nota publicada online
Mariana Sissia inaugura su muestra MÝO en la casa de la Fundación Vocación Humana. Con curaduría de Sylvie Nante, la artista invita a que el espectador descubra imágenes ocultas valiéndose sobre todo de los sentidos interiores.
MÝO, palabra griega que significa “cerrar la boca o los ojos” como cuando se calla buscando la luz. De ese término deriva MYSTES, “iniciado”, y en definitiva, MYSTÉRION.
El recorrido que propone Mariana Sissia en la casa de la Fundación Vocación Humana es una tácita exhortación a que el espectador logre develar y descubrir imágenes ocultas valiéndose sobre todo de los sentidos interiores. Se asemeja a un ceremonial aurático en donde la imagen es una suerte de metáfora de la interioridad espiritual.
En MÝO convergen tres ejes que son en realidad uno solo. Por un lado las obras monocromáticas abstractas, en papel de arroz, que parecen no tener ni principio ni fin. Algo así como entrar en un universo etéreo con respiración propia, generadas en un estado meditativo y casi automático, a la manera de los caligramas de Guillaume Apollinaire, sólo que esta vez las palabras están reemplazadas por gestos que generan lo poético. Producto de un trabajo diario, mediante la técnica del frottage, la artista se vale de lo que surge espontáneamente para desarrollar distintos dibujos. Los trazos, cuya lógica inherente desconocemos, ofrecen una inmediatez y vigor; lo invisible adquiere visibilidad.
El espectador sigue dando otro paso. Y esta vez se adentra en la vasta biblioteca de Babel en donde todo se asemeja, pero en la cual reside el tesoro oculto: libros que incuban las mágicas cartas del Tarot. Lejos de signar fatalmente el futuro, ofrecen un sentido crítico presente en cada paso de la vida. Algunas están inspiradas en un estilo medieval, carente de perspectiva. Nos recuerdan a los ábsides de iglesias románicas o incluso a las letras iluminadas de los antiguos textos religiosos. Habrá que encontrarlas y entregarse al azar, evitando en lo posible toda interpretación.
Y el tercer eje, enraizado y en consonancia con los anteriores, ofrece una serie de coloridos mándalas, realizados durante la pandemia. Según la artista “irrepetibles”: también producto de una necesidad de transitar ese momento, ejerciendo su arte mediante una variada paleta cromática y escogiendo la vía que lleve de la periferia al centro, en donde yace lo críptico.
Con-vivir con la casa, y no invadir: esa fue la intención de Mariana Sissia al imaginar las obras para esta muestra. Un ámbito que ella ha recorrido desde hace años, movida por su búsqueda interior y por una llama ardiente que bien trasunta en sus polifónicos dibujos.
