El jurado de esta edición, conformado por Matilde Marín, Valeria Gonzalez, Florencia Qualina, Gabriel Baggio y Javier Villa seleccionaron 41 obras de casi las 1.400 que respondieron a la convocatoria- y que conforman la muestra que se presenta en el tradicional espacio de Retiro.

La obra de Mariana Lopez, “La Mantera”, ganadora del premio adquisición ($600.000) sorprende por su audacia en varios sentidos y es que la artista juega permanentemente con nuestra percepción desdibujando los límites entre la realidad y la ficción. ¿Es instalación, es escultura, es pintura? Sobre una manta negra desplegada en un rincón de la galería, varios objetos se exhiben para su venta: un corpiño, un traje de baño, una bombacha, un jean, un paraguas, cinco paquetes de cigarrillos, varios barbijos, unas latas de atún abiertas, una pelota de futbol un tanto desinflada, varios CDs. Sobre la pared, alineados en un dispositivo básico realizado entergopol, varios anteojos de sol de distintos formatos esperan el mismo fin. La primera sorpresa es la temática y, al acercarnos, descubrimos la verdadera genialidad: cada una de estas piezas están realizadas con tela pintadas al óleo. López realiza esta suerte de inventario de ficciones, realizadas en óleo sobre tela, inspirado en los mantos de personas afrodescendientes que venden mercancías en las calles de Once.

"Nibiru II", de Federico Lanzi es la obra ganadora de segundo premio ($400.000) Un gran plano negro de 1,80 x 2 m; son 60 azulejos de cerámica esmaltada habitado por pequeñas figuras doradas que nos remiten al arte ruprestre. Esta obra, en realidad nos cuenta que “Nibiru” es un planeta que da una elipse a la Tierra cada 2.900 años y que allí vienen los Ovnis”. Según la fantástica historia, “los habitantes de ese planeta crearon al hombre -un híbrido- para excavar minas y, desde entonces, se llevan el oro.

La obra “Sin título” del alquimista Donjo León que logró una mención ($100.000) una fascinante síntesis entre arte y ciencia: una geometría viva que va mutando a medida que pasan los días. Y es que León trabaja con elementos orgánicos: restos vegetales, hongos, sales minerales y alimentos en descomposición y, una vez que comienza el proceso, la obra se sella y comienza la transformación. Para esta obra “concreta” utilizó formas de madera tratadas con pintura asfáltica y sales minerales, cloruro de sodio y sulfatos de cobre y hierro. A medida que pasan los días, aparecen nuevas texturas, los colores originales de modifican y sólo el tiempo dará cuenta del resultado final.

La artista cordobesa, Verónica Meloni, también obtuvo una mención ($100.000) con la obra#45, un pequeño yeso tallado y lijado a mano para “borrar”algunas huellas.

La mención especial del jurado fue para Gonzalo Beccar Varela por su obra "Eclipse de Pintura naranja", una vibrante pintura geométrica, bicolor.

Materialidades diversas, soportes sorprendentes, guiños a la historia del arte y también a nuestra contemporaneidad más extrema, el Premio Federico Jorge Klemm a las Artes Visuales se destaca por brindar, año a año, un fiel panorama del arte de vanguardia. Hoy es uno de los galardones más prestigiosos y convocantes del medio que mantiene la visión de Federico y su compromiso con los artistas emergentes, alentando siempre la experimentación y la innovación. Las obras premiadas -Primer y Segundo Premio- ingresan a la Colección Patrimonialcada año, como vía principal de adquisición, conformando a lo largo de ya 25 años, una extensa sección dedicada al arte argentino contemporáneo. El Primer Premio además logra una fecha para una muestra individual en la reconocida Institución.

Vale la pena recorrer la muestra y reconocer en cada una de estas obras las distintas poéticas y la pluralidad de discursos que manejan nuestros artistas. Imperdible!