Nota publicada online

miércoles 18 de octubre, 2017
León Ferrari
Retrospectiva a toda música en el MAR
por Pilar Altilio
León Ferrari

Con los patrocinios del Ministerio de Gestión Cultural bonaerense junto a la Fundación Augusto y León Ferrari Arte y Acervo (FALFAA) depositaria de toda la obra del artista fallecido en 2013, se abrió un espacio de análisis dentro de este concurrido museo, de uno de los artistas argentinos que generó fuertes debates por su postura crítica sobre el poder.

Ferrari no sólo creó escenas inolvidables como La civilización occidental y cristiana de 1964 donde un Cristo de santería se asocia al bombardero que fue usado en la Guerra de Vietnam, sino que por la misma época también hizo su primera escritura como obra, Cuadro Escrito, donde con letra manuscrita va realizando una descripción de una pieza imaginada.

Pero sus intentos no sólo fueron por el lado de las asociaciones entre lo visual y lo escrito, sino que mientras estaba exiliado en Sao Pablo en 1979, creo una serie de piezas sonoras, destinadas a ser accionadas por el espectador, como su serie de Berimbau. Esta obra en su edición 6, que se exhibe actualmente en la sala del museo MAR, es un colgante de 150 varillas que parten de un cuadrilátero e invitan a sacarle sonidos. Memorables y atesorados momentos para aquellos que pudimos ver a León accionando estos instrumentos. En mi caso, fue en 2004, cuando el Centro de Experimentación del Teatro Colón invitó al artista a ejecutar una obra con varias de estas piezas con varillas. La misma se denominó Enclaves y contó con la participación de dos músicos y una bailarina que jugaba una coreografía con aquellas piezas sonoras. Era notable su alegría de niño explorando esas posibilidades y contagiaba su entusiasmo con una amplia sonrisa.

De estos mismos intentos de hacer coincidir lo visual, lo sonoro y lo táctil, hubo muchos otros momentos donde Ferrari jugaba ese juego de artífice de una actividad lúdica y a la vez productora de una rara belleza, que fue explorada por otros artistas que jugaron a incorporar de distintos modos lo sonoro en las obras. En este caso, algunas de las piezas más pequeñas, hechas a mano alzada con tinta sobre papel, se asocian a esta producción mediante el uso de una especie de escritura que copia el diagrama de líneas sobre un papel pero que llevan títulos tan alusivos como “Primera música”, “Cantata” o “Partitura”.

El conjunto de esas pequeñas piezas planas, nos deja entrever también algunas de esas cuestiones que el artista no callaba, como esos minuciosos recortes de noticias de la serie Nosotros no sabíamos, rescatados en un grabado, que son obras realizadas en papel durante 1976. También se exhiben algunos vinilos de la colección de Ferrari como para entender el universo de sus preferencias musicales.

Pero el plato fuerte que llena la sala de colores y formas de gran tamaño, es su serie que comenzara en 2008, denominada Los Músicos. Son esculturas hechas con alambres y recubiertas de poliuretano coloreado que, sentadas en ronda cada cual con su instrumento, accionan un sistema sonoro que se emite sin revelar el dispositivo. Son cálidas, raras y a la vez simpáticas, formas que se explayan en un espacio como de acción en concierto que juegan muy bien con el tamaño de la sala y son realmente muy divertidas para los visitantes.

Su nieta, Paloma Zamorano, rescató en la apertura el deseo de su abuelo de acercar la experiencia del espectador a la obra para darle incluso la potencialidad de ejecutor, como la de incorporar a la serie de Músicos los sonidos, ya que algunas piezas son sólo esas esculturas de tamaño natural y colores vitales que se yerguen con potencia en cualquier espacio que ocupen.

La muestra puede ser visitada hasta finales de noviembre, y de hecho ya ha generado un vínculo más amplio con el público, pues en la apertura, el grupo Estampida que es un taller de serigrafía que se abre en distintos espacios para probar esta técnica, no sólo indujo a los visitantes a realizar estampas sino que permitió que se imprimieran remeras con algunas de las obras de Ferrari.

MAR. Museo de Arte Contemporáneo de la Provincia de Buenos Aires.

Félix U. Camet y López de Gomara, Mar del Plata.

Abierto lunes, martes, jueves y viernes de 9 a 17 hs; sábados, domingos y feriados de 12 a 20 hs (miércoles cerrado).

Entrada libre y gratuita

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